Pérdida de pelo en la infancia y adolescencia puede alertar sobre estrés

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Autor: Cooperativa.cl

Entre las causas se cuentan cambiarse de colegio y presenciar discusiones familiares.

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Separarse de un ser querido, adaptarse a un nuevo colegio y a distintos amigos o las discusiones familiares, suponen a veces motivo de estrés en niños y adolescentes. Y estas situaciones, según algunos estudios, podrían causar un tipo de pérdida de cabello: la alopecia areata.

Para comprobar esta teoría el departamento de Dermatología del Hospital Policlínico Cetatea de Bucarest (Rumania) realizó un estudio, entre los años 2001 y 2006, en el que valoró el estrés como un factor desencadenante de la alopecia areata.

Dicho trabajo, publicado en European Academy of Dermatology and Venereology, se centró en 43 niños menores de 15 años diagnosticados con esta enfermedad de la piel.

El equipo investigador mantuvo entrevistas con los padres y los jóvenes para valorar la presencia de situaciones estresantes y su relación con esta afección capilar.

Veinticinco de los 43 menores (58 por ciento) describieron situaciones de estrés vividas previas a la pérdida del cabello.

El 56 por ciento de éstas estaban relacionadas con el colegio: los exámenes, cambios de clase, problemas con los profesores y las asignaturas y demasiados deberes.

Otras circunstancias acontecidas giraban en torno a la familia, a enfermedades, accidentes, operaciones quirúrgicas y traumas.

Existen otros trabajos que relacionan la alopecia areata en los niños con las separaciones, bien sea de mascotas, familiares, lugares, amigos, cosas, hábitos. Y otras investigaciones asocian, incluso, la ausencia de eventos positivos durante el tiempo previo a la caída del cabello, más que a la presencia de eventos negativos.

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Científicos rumanos analizaron a 43 menores con la enfermedad.

Situaciones estresantes del niño

"En la práctica clínica se observan a menudo brotes de alopecia areata asociados a factores estresantes (exámenes y oposiciones). Vemos con mayor frecuencia brotes relacionados con tensiones familiares y en segundo lugar con ansiedad en la escuela", afirma al diario español El Mundo Minia Campos, responsable de la consulta de Dermatología pediátrica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, España.

Esta misma experiencia la comparte la dermatóloga Elena Sánchez-Largo Lucena, del Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Madrid.

"Con frecuencia, en nuestra consulta, la mayoría de los casos se relacionan con estrés previo o durante el episodio. Ante una alopecia areta, hay que preguntar a la familia sobre la situación personal del niño que puede haber dado lugar a este problema, no obstante, siempre hay que hacer una analítica general para descartar otras causas", afirma.

El hecho de que el estrés físico y emocional pueda ser un factor precipitante de la alopecia areata se explica porque "se ha visto un receptor para la hormona liberadora de corticotropina en el folículo, una sustancia que se libera en situaciones de estrés. Este receptor podría mediar la relación de la alopecia areata con el estrés", explica la dermatóloga.

En la situación emocional del niño, los padres desempeñan un papel considerable. "Muchas veces, los adultos no son conscientes de hasta qué punto los niños perciben las tensiones familiares y la repercusión somática que esto tiene", comenta Campos.

"Es importante cuidar, apoyar y comprender la vulnerabilidad de los niños en determinadas etapas de su vida, como la adaptación a un nuevo entorno y no abrumarles con demasiadas actividades ni presionarles con altas expectativas difíciles de cumplir", según comenta Liana Manolache, del Hospital Policlínico Cetatea de Bucarest.

¿Qué es la alopecia areata?

La alopecia areata se caracteriza por la pérdida de pelo en forma de círculo.

Afecta a una de cada 50 personas a lo largo de su vida y aparece a cualquier edad, aunque "es algo más frecuente en niños que padecen atopia (predisposición a padecer alergia a diferentes sustancias), síndrome de Down o en personas que tienen otras patologías autoinmunes, como la enfermedad tiroidea, anemia perniciosa, enfermedad de Addison, diabetes tipo 1", comenta a El Mundo Emilio Suárez, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Puerta del Hierro, en Madrid, España.

Las edades más frecuentes de aparición oscilan entre los 15 y los 29 años. "El primer episodio ocurre en la etapa pediátrica entre un 24 por ciento y un 50 por ciento de los casos. De éstos, en un uno o dos por ciento afecta a menores de dos años", aclara Marta Ruano del Salado, dermatóloga del Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Madrid, España.

"El pronóstico en la mayoría de los casos es bueno, ya que el pelo se recupera espontáneamente en menos de un año en más del 80 por ciento de los casos", añade.

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