Ninguna evidencia sólida apunta a que la presencia de partículas de microplásticos en el agua potable sea una amenaza grave a la salud pública, según los resultados de un extenso análisis realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las conclusiones de este estudio, que han sido presentadas y comentadas este jueves en Ginebra, indican que lo realmente preocupante es la concentración de químicos y de patógenos microbianos que se multiplican y forman capas en los sistemas de distribución de agua y otras superficies.
No obstante, los expertos de la organización dijeron que urge una reducción de la contaminación causada por los plásticos en tanto se realizan estudios más completos y confiables sobre su impacto en el medio ambiente y en la salud de las personas.
"En función de la limitada información que tenemos, los microplásticos en el agua destinada al consumo humano no parecen suponer un riesgo para la salud en los niveles actuales, pero debemos estudiar más este tema", dijo la directora del Departamento de Salud Pública y Determinantes Sociales Y Medioambientales de la Salud de la OMS, María Neira.
Según el análisis de los datos y el conocimiento más reciente sobre los microplásticos, el cuerpo humano no absorbería las partículas de microplásticos de más de 150 micrometros o micrones (milésima parte de un milímetro), mientras que la ingesta de partículas más pequeñas parece ser limitada.
Por esto, la OMS recomienda a las compañías abastecedoras de agua y a los reguladores estatales que den prioridad a la eliminación de los patógenos y de los químicos que son, ambos, nocivos para la salud y causantes de enfermedades como la diarrea.
Para ello los esfuerzos deben centrarse en el tratamiento de las aguas residuales, con el que éstas quedan limpias de patógenos y químicos, pero también de microplásticos.