Un equipo de científicos españoles encontró por primera vez altas cantidades de virus de la viruela del mono en el aire y en la saliva de pacientes infectados, un hallazgo que abre la puerta a la posibilidad de que este virus también se transmita por vía aérea.
Publicado en la revista The Lancet Microbe, el estudio no descarta que el virus se transmita por el aire, aunque el contacto directo, sobre todo con lesiones cutáneas de un infectado, siga siendo la forma de contagio dominante.
El virus puede transmitirse entre animales y seres humanos y, aunque sus síntomas son similares a los de la viruela, es menos grave, contagiosa y mortal. La enfermedad, endémica en África central y occidental, se transmite fundamentalmente por contacto estrecho.
En mayo de 2022, se detectó un brote de viruela del mono y, desde entonces, se han confirmado más de 79.000 casos, más que todos los registrados en África desde el descubrimiento del virus en 1970. En Europa, y hasta el 8 de noviembre, había 25.400 casos confirmados, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).
"Los datos epidemiológicos apuntan a que la transmisión del virus de la viruela del mono tiene lugar principalmente por contacto, pero, a la vista de estos nuevos resultados, proponemos no desestimar y vigilar la posibilidad de que se pueda transmitir también a través de las microgotas de saliva y por vía aérea", explica Antonio Alcamí, investigador del CSIC en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO-CSIC-UAM).
En este estudio, el equipo analizó muestras de saliva de 44 pacientes que, entre el 18 de mayo y el 15 de julio de 2022, acudieron a dos centros sanitarios de Madrid (una de las regiones con una de las incidencias más altas del mundo) con lesiones cutáneas características de la enfermedad.
Tras analizar las muestras de saliva, detectaron en el 85% la presencia de ADN viral y "en el 66% de las muestras, el virus mantenía su capacidad infecciosa", añade Bruno Hernáez, del CBMSO-CSIC-UAM. Los científicos también detectaron la presencia del virus en la mayoría de las mascarillas que portaban los pacientes durante la consulta médica.
Mientras que gracias a unos filtros de nanofibras desarrollados por el CSIC y la empresa Bioinicia, detectaron ADN viral en el aire a una distancia de entre dos y tres metros del paciente. "Hemos podido determinar por PCR la presencia del virus de la viruela del mono en el aire muestreado durante la visita médica del 64% de los pacientes del estudio", pero no su capacidad infectiva, apunta Alcamí.