Un tribunal australiano autorizó a dos adolescentes a iniciar un tratamiento hormonal para cambiar de sexo, al considerar que la medida contribuye a su bienestar psicológico.
Los dos adolescentes, conocidos como "Terry" y "Sam", padecen de "disforia de género" o transexualidad, una condición en la que la persona se identifica fuertemente con el género opuesto al nacido, publican hoy medios locales.
El juez Peter Murphy, del Tribunal de Familia a cargo del caso, consideró que los dos adolescentes deben someterse a ese tratamiento para prevenir el trauma psicológico en el que viven por estar atrapados "en el género equivocado", reporta el diario Sydney Morning Herald.
Los jóvenes, quienes fueron representados y apoyados por sus padres, solicitaron a la justicia australiana permiso para someterse a los tratamientos hormonales ya que la legislación del país oceánico sólo autoriza el cambio de sexo a partir de los 18 años.
Terry, que nació mujer, se someterá a la inoculación de grandes dosis de testosterona para inducirle en la pubertad masculina, lo que le expondrá a un riesgo severo de cáncer de mamas o uterino y una disfunción del hígado, según la fuente.
En el caso de Sam, quien se transformará en mujer, correrá el riesgo de desarrollar problemas de coagulación, enfermedades cardiovasculares, cáncer de pechos y hepatitis del tipo 2.
El juez Murphy reconoció los riesgos a la salud de estos tratamientos y la incapacidad de los adolescentes de dar su consentimiento de manera informada, pero enfatizó que el cambio de sexo no puede ser postergado debido a la severidad de la disforia y la posibilidad de que cometan suicidio.