La asesora del hogar que fue víctima de discriminación en un edificio de Ñuñoa, manifestó que la hicieron sentir "insignificante" al impedir que su hija se bañara en la piscina del recinto.
"Me dio mucha rabia, estaba muy molesta. Yo podría aceptar que me dijeran algo a mí, pero a ellos no. Ahí me están tocando lo más sagrado. Te disminuyen como si fueras una cosa muy insignificante", señaló.
"Antiguamente era que los blancos no podían compartir con los negros, es como esa situación", agregó.
En tanto, la propietaria que viralizó su denuncia a través de Facebook, María Gabriela Rubio, explicó la situación: "Yo había invitado a la hija de mi nana a bañarse en la piscina como lo hago desde que vivo en este edificio hace seis años".
"A raíz de este reclamo nosotros nos contactamos al administrador que nos informa que efectivamente existe un reglamento que tiene esta cláusula donde se prohíbe el uso de la piscina de las nanas y sus familiares, en este caso sus hijos", añadió Rubio.
"Estamos muy consternados"
Por otra parte, la presidenta del Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular (Sintracap), Ruth Olate, señaló que "estamos muy consternados con lo que está pasando acerca de esta discriminación. El hecho de prohibir a nuestros hijos que entren a la piscina ya es demasiado y diciendo 'estos son niños del condominio y estos son hijos de la trabajadora, por lo tanto no pueden estar juntos'".
"Más allá de la discriminación y la falta de humanidad también, esto no solamente sucede en Santiago, sino a lo largo de todo el país", sostuvo Olate.
En tanto, desde el gremio de administradores de edificios rechazaron la normativa, en que los empleados de servicio o sus parientes no se pueden bañar en la piscina, pero explicaron que cada edificio puede establecer sus propios reglamentos.
El presidente del Colegio de Gestión y Administración Inmobiliaria, Sergio Román, indicó qué se debe hacer para corregir la normativa: "En cualquier asamblea, ya sea que la pidan los mismos afectados o en este caso los copropietarios, podrían citar a una asamblea si se reúne la cantidad de firmas suficientes".
"Uno puede tomar acuerdos que son ilegales y legales, en este caso me parece que no corresponde porque atenta contra los derechos de las personas. Es un tema de sano juicio", agregó.
En tanto, María Graciela Rubio y su marido presentaron un reclamo por escrito e hicieron una solicitud formal al comité de administración para que cite a una asamblea extraordinaria, de no acogerse petición deberán juntar al 15 por ciento de los copropietarios para acordar una reunión y cambiar el reglamento.