Una estación de tranvía subterránea en el sur de Manhattan que lleva abandonada más de seis décadas podría convertirse en un nuevo parque para Nueva York, según el proyecto "Delancey Underground", que trata de conseguir el mismo éxito que el parque High Line, construido sobre unas vías de tren.
Ese plan, impulsado por el emprendedor Dan Barasch y el arquitecto James Ramsey, busca "transformar la manera en la que Nueva York piensa sobre diseño urbano", según los detalles del proyecto que se pueden leer en su página web.
"Delancey Underground", que se podría traducir como "Delancey bajo tierra", toma su nombre de la calle en la que se sitúa la antigua estación, propiedad de la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA, por su sigla en inglés) de Nueva York, aunque algunos medios comenzaron a calificarlo "Low Line" (línea baja), en contraposición al exitoso parque elevado "High Line".
Lejos de ser un lugar lúgubre, esta nueva zona verde contaría con luz natural gracias a una nueva tecnología diseñada por el estudio de Ramsey, que canaliza a través de cables ópticos la luz del sol bajo tierra, de forma que allí podrían crecer árboles y plantas.
La antigua estación cuenta con un espacio de más de 6.000 metros cuadrados y está abandonada desde 1948, hasta cuando fue utilizada para que los tranvías que cruzaban el Puente de Williamsburg -que conecta los barrios de Manhattan y Brooklyn- pudieran dar allí la vuelta.
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Un primer planteamiento sobre cómo quedaría el proyecto.
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Replantearse la vida
La transformación en un parque "serviría para repensar" una parte fundamental de la vida neoyorquina, como son los espacios subterráneos de su complejo sistema de transporte público, añadieron los impulsores del proyecto.
"Además, un diseño bonito bajo tierra puede brindar oportunidades de comercio", señalaron Barasch y Ramsey, que citan como ejemplo de ello la popular tienda Apple de la Quinta Avenida, situada bajo tierra y famosa por el cubo de cristal que sirve para acceder a ella.
Por el momento, el proyecto está en su fase inicial y no hay presupuesto ni fechas concretas, pero según sus impulsores ya ha recibido el beneplácito de algunos políticos de la ciudad y del estado de Nueva York, así como de algunos comerciantes de la zona.
Actualmente los diseñadores trabajan para recibir el permiso de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), responsable del sistema de transporte público y propietaria de la estación abandonada.
El parque al que haría la competencia, el "High Line", requirió de casi diez años de trabajos de rehabilitación de las viejas vías de tren elevadas sobre las que está erigido hasta se inauguración en 2009, y cuando se finalice su tercer tramo habrá costado unos 152,3 millones de dólares (más de 79.900 millones de pesos).