Jardinero vivió diez años en el bosque porque se aburrió de su esposa
El hombre no aguantó que su mujer se enojara constantemente a causa de su trabajo y prefirió vivir en una carpa.
El hombre no aguantó que su mujer se enojara constantemente a causa de su trabajo y prefirió vivir en una carpa.
Un jardinero británico dijo haber pasado los últimos diez años escondiéndose en un bosque, luego que se aburriera de los constantes regaños de su esposa.
Malcolm Applegate, de 62 años, no aguantó que su mujer se enojara constantemente por su trabajo. Según relató al Daily Mail, "mientras más trabajaba, más se enojaba mi esposa. No le gustaba que estuviera fuera de la casa por largos períodos de tiempo".
Luego de tres años de matrimonio, el hombre tomó una drástica decisión: escapar desde su hogar en Birmingham hacia Londres (unos 200 kilómetros).
En esa ciudad, encontró un trabajo de jardinería en un centro de ancianos, que le permitía ducharse y asearse en el recinto, pero no le ofrecía techo. Por ello, Applegate no se hizo problemas y acampó junto a otras dos personas en medio de un bosque cercano.
"Nadie sabía que estábamos ahí, porque no se conoce mucho de ello. Nadie entraría a ese bosque", dijo el jardinero.
Malcolm Applegate, Gardener, Got So Fed Up With His Wife's Nagging He Went To Live In the Woods for Ten Year https://t.co/uubPsSlO60 pic.twitter.com/pZBHgcSGV2
— LifeExperienceQuotes (@L_EQuotes) 12 de octubre de 2017
El hombre había perdido contacto con sus amigos y familia. Su hermana incluso lo buscó durante años en el sur de Inglaterra. Pero actualmente se reencontraron y, según Applegate, tienen "nuevamente una buena relación".
"Había pasado una década desde la última vez que la vi. Creo que asumió que había muerto", añadió. Pero el jardinero se mudó desde su carpa en el bosque a un refugio para personas sin hogar, desde donde escribió una carta a su hermana.
"Me llamó por teléfono y estaba hecha un mar de lágrimas", dijo.
Por estos días Malcolm Applegate trabaja en diversas labores en el refugio en que vive y utiliza su tiempo libre para reunir dinero para instituciones de beneficencia. Nunca más volvió a ver a su mujer.