El Gobierno de Ecuador confirmó haber restringido de forma temporal el acceso a internet en su embajada en Londres, donde se encuentra asilado el fundador de WikiLeaks, Julian Assange.
"El Gobierno del Ecuador respeta el principio de no intervención en los asuntos de otros países, no se inmiscuye en procesos electorales en curso ni apoya a un candidato en especial", señaló la Cancillería ecuatoriana en un comunicado publicado un día después de que WikiLeaks denunciara que a Assange se le había "interrumpido deliberadamente" la conexión a internet.
El portal acusó además que el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, había pedido a Ecuador que evitara que su fundador divulgara información clasificada sobre Hillary Clinton.
En el comunicado Ecuador "reafirma el asilo concedido a Julian Assange y reitera su intención de salvaguardar su vida e integridad física hasta que pueda movilizarse a un lugar seguro".
Sin embargo, advierte que "durante las últimas semanas WikiLeaks ha publicado una gran cantidad de documentos que tienen un impacto sobre la campaña electoral en Estados Unidos".
Visto ello, el Gobierno de Rafael Correa, "en ejercicio de su derecho soberano, ha restringido temporalmente el acceso a parte de su sistema de comunicaciones en su embajada en el Reino Unido".
La nota oficial subraya que "esta restricción temporal no impide que la organización WikiLeaks lleve a cabo sus actividades periodísticas", y asegura que la política exterior de Ecuador "responde exclusivamente a decisiones soberanas" y no a "presiones de otros países".
Washington niega estar implicado
El Departamento de Estado norteamericano negó, en tanto, que John Kerry pidiera a Ecuador evitar que Assange divulgara información clasificada de Clinton.
"Los informes de que el secretario Kerry tuvo conversaciones con funcionarios ecuatorianos sobre esto simplemente no son ciertos. Punto", dijo el portavoz John Kirby.
Assange está refugiado en el edificio de la legación ecuatoriana en la capital británica, donde pidió asilo hace cuatro años, a fin de no ser extraditado a Suecia, país que le requiere para interrogarlo por delitos sexuales que él niega.
El periodista australiano teme que las autoridades suecas lo entreguen a su vez a Estados Unidos, donde podría ser juzgado por espionaje tras la filtración de miles de cables confidenciales del Gobierno estadounidense por su portal de internet.