El capitán francés tuvo una negra despedida en la final ante Italia tras agredir a Marco Materazzi, y selló su brillante carrera con el subcampeonato mundial.
El francés Zinedine Zidane, uno de los mejores jugadores de la historia, selló su magistral carrera deportiva con una expulsión en la final de la Copa del Mundo ante Italia y una derrota por penales que le impidió alcanzar su segundo título.
El capitán vio la tareja roja directa en el minuto 110 de la definición en el Estadio Olímpico de Berlín tras propinar un cabezazo en el pecho a Marco Materazzi, con quien intercambió unas palabras desde una jugada anterior.
Zidane había puesto en ventaja a su equipo en el minuto siete al ejecutar con sutileza un penal, pero la agresión al defensa italiano terminó por manchar su ejemplar hoja de servicios.
El arbitro argentino Horacio Elizondo consultó con uno de sus asistentes, quien le confirmó el incidente y acto seguido expulsó a Zidane, que jugaba el último partido de su carrera deportiva.
Pero fueron sólo los últimos capítulos de una larga historia. "Zizou" ya había anunciado su retiro en 2004, pero regresó para resolver la clasificación francesa al Mundial.
Pese a todo, el talentoso mediocampista venía de una campaña intrascendente con Real Madrid y confirmó su retiro para después de la cita germana.
Zidane arrancó en un mediocre nivel en los olvidables duelos ante Suiza (0-0) y Corea del Sur (1-1), que hicieron recordar el fracaso de 2002 y pudo escribir un triste epílogo si sus compañeros no derrotaban a Togo, con él fuera del equipo.
Y ya con la victoria ante los africanos en el bolsillo (2-0), apareció España en octavos de final, y el discurso en los hispanos de "jubilar" al capitán francés. En la cancha sucedió lo contrario: con una asistencia y un golazo los bleus sacaron de carrera a los de Luis Aragonés (3-1) y se metieron entre los ocho primeros.
Pero la mejor exhibición de Zidane en el Mundial vino ante Brasil. A ocho años de la histórica jornada que dio le dio primer título a los galos, 'Zizou' conjugó fantasía y efectividad para derribar a los confundidos pentacampeones. Una lección de grande a grande al brasileño Ronaldinho Gaúcho.
Ante Portugal se olvidó de la fama atajador de penales de Ricardo y ejecutó con frialdad para desequilibrar (1-0). Luego vino la historia amarga ante los italianos.
Pero Zidane de todas formas tiene títulos que atesorar. Campeón de la Eurocopa 2000, de la Liga de Campeones 1996 y 2002, de la Copa Intercontinental 1996 y el Mundial de 1998. (EFE/ Cooperativa.cl)
