El general Gilbert Diendéré, líder del reciente golpe de estado en Burkina Faso y aliado del ex presidente Blaise Compaoré, será juzgado por crímenes contra la humanidad, anunció este viernes el fiscal del tribunal militar que lleva el caso.
"La pena de muerte no ha sido abolida en Burkina. Aplicamos nuestros textos y leyes", afirmó el fiscal, el coronel Sita Sangaré, que advirtió que el delito de asesinato puede conllevar dicha pena si se ha realizado "con crueldad".
Diendéré, que se entregó a las autoridades tras mantener negociaciones con el gobierno de transición, está acusado de 11 delitos, entre los que figura asesinato, crimen contra la seguridad nacional, ocultación de cuerpos y falsificación, entre otros.
Junto a él, otras 23 personas han sido acusadas por su vinculación con el golpe de estado, mientras que más de 50 han sido llamadas a declarar ante el tribunal.
Entre los acusados, precisó el fiscal, está la esposa del líder golpista, Fatou Diendere, que actualmente vive en el extranjero y fue diputada durante el gobierno de Compaoré, forzado a dimitir tras las históricas protestas ciudadanas de hace un año.
Además de Diendéré, otros oficiales de alto rango, suboficiales y soldados de la antigua guardia presidencial, unidad responsable del golpe militar, están en prisión, al igual que el ex ministro de Asuntos Exteriores del régimen de Compaoré, el general Djibrill Bassolé, en su caso por supuesta vinculación con el golpe.
Elecciones presidenciales y legislativas en noviembre
Recientemente, Amnistía Internacional pidió que los miembros de la guardia presidencial sean llevados ante la justicia para rendir cuentas por el asesinato de civiles durante la grave crisis desatada en el país, ya que, según denunció, muchos estaban siendo reintegrados en el Ejército nacional.
El pasado 16 de septiembre, el consejo de ministros fue interrumpido por un grupo de militares que, tras llevarse detenidos al presidente y al primer ministro, declararon el fin del Gobierno de transición y nombraron a Diendéré nuevo líder de la transición.
Tras unos días de confusión, el Ejército decidió apoyar al régimen democrático y trasladó todas sus tropas a Uagadugú, la capital, con el objetivo de desarmar a los golpistas.
La presión del Ejército y las intensas negociaciones de países como Senegal y Benin, respaldados por Estados Unidos y Francia, consiguieron que los golpistas renunciaran a su intención de retener el poder hasta las elecciones y accedieran a restaurar el gobierno civil.
Burkina Faso celebrará elecciones presidenciales y legislativas el próximo 29 de noviembre -previstas inicialmente para octubre pero aplazadas por el golpe- con las que pretende culminar un proceso hacia la democracia iniciado en noviembre de 2014, cuando una revuelta ciudadana derrocó a Compaoré, en el poder durante 27 años.