Decenas de miles de personas dieron este viernes un plazo de dos días al primer ministro paquistaní, Imran Khan, para que dimita por supuesto fraude durante las elecciones de 2018, en una multitudinaria protesta en Islamabad, Pakistán.
"Te doy dos días para que dimitas. Tras ese punto no tendremos paciencia", declaró Fazlur Rehman, el presidente del partido Jamiat Ulema-e-Islam (JUI-F), organizador de la protesta.
Rehman afirmó que cambiarán de estrategia si no se cumple su ultimátum, pero no ofreció más detalles.
Los manifestantes coincidieron con el político y corearon a gritos "¡Tu espectáculo ha acabado! ¡Vete, primer ministro!".
Los manifestantes llegaron a Islamabad anoche tras una marcha desde la sureña ciudad de Karachi que comenzó el domingo y han acampado en la capital para presionar al Gobierno.
Banderas a rayas blancas y negras, símbolo JUI-F, ondeaban sobre un mar de personas, junto con los emblemas de otras formaciones opositoras, como la Liga Musulmana de Nawaz Sharif o el Partido Popular de los Bhutto, que se han unido a la protesta.
Se trata del primer desafió multitudinario de la oposición después de que el partido Pakistán Tehreek-i-Insaf (PTI) de Khan ganase las elecciones de julio de 2018 entre denuncias de fraude electoral, supuestamente organizado por el Ejército.
"El primer ministro debe dimitir, disolver el Parlamento y anunciar elecciones libres", dijo a Efe Mohamed Ali Ibrahim, vendedor de coches de 50 años procedente de la ciudad de Quetta, en el suroeste del país.
"Un fraude organizado por el poderoso Ejército", señalaron los manifestantes
El manifestante afirmó que las elecciones del pasado año fueron un fraude organizado por el poderoso Ejército, que ha gobernado el país casi la mitad de su historia desde su independencia en 1947 e incluso en los periodos democráticos ejerce una gran influencia.
"El Ejército es responsable de la seguridad, así que debe dedicarse a ello y no a contar votos", remarcó Ali, quien también se quejó de la situación de la economía, con una alta inflación y bajo crecimiento, que golpean especialmente a los pobres.
En este sentido, Ali Hassan, profesor de 30 años de una madrasa, o escuela coránica, dijo a Efe que se había unido a la marcha por el estado de la economía.
"Todos los precios están subiendo. No puedo alimentar a mi familia con lo que gano", afirmó el clérigo, llegado desde la zona de Jacobabad, en el sur del país.
La capital se encuentra en estado de emergencia por la protesta, con carreteras cortadas, contenedores para bloquear la "zona roja" de Islamabad, área de acceso restringido en el distrito que acoge ministerios y embajadas, y una alta presencia de efectivos policiales.