Presidente del Tíbet aseguró que la población no quiere el regreso del Dalai Lama
El fin de exilio del líder espiritual solo interesa a "un puñado de personas", según el representante de Pekín en el antiguo reino independiente.
El fin de exilio del líder espiritual solo interesa a "un puñado de personas", según el representante de Pekín en el antiguo reino independiente.
El presidente de la región autónoma china del Tíbet designado por Pekín, Champa Phuntsok, aseguró en la capital china que la población no apoya al Dalai Lama, líder espiritual y religioso, y "la mayoría no quieren que regrese".
Citado por la agencia estatal Xinhua, aseguró que algunas peticiones recientes para que el Dalai Lama retorne al Tíbet tras casi 40 años en el exilio "no representan la opinión general, sólo la de un puñado de personas".
Citó, por ejemplo, el caso de un miembro tibetano del Partido Comunista de China, Puncog Wangyai, quien en 2004 y 2005 escribió varias cartas al presidente chino, Hu Jintao, pidiendo el retorno del Dalai Lama.
El presidente tibetano aseguró además que el canal de comunicación entre Pekín y el líder tibetano "siempre está abierto" y señaló que la cuestión clave para futuras negociaciones es "que el Dalai Lama abandone sus reivindicaciones de independencia y sus actividades separatistas".
Phuntsok aprovechó para descalificar al Dalai Lama y señaló que "ahora viaja alrededor del mundo vestido con hábitos budistas pero no por asuntos religiosos, sino con el fin de internacionalizar el problema tibetano".
El Dalai Lama huyó al exilio en 1959, tras el fracaso de una rebelión contra la ocupación del Tíbet, en que murieron unos 87.000 personas, y vive en la ciudad india de Dharamsala, donde lidera el llamado gobierno tibetano en el exilio.
El Gobierno de China considera que el Tíbet es parte del país desde hace unos ocho siglos, en virtud de uniones dinásticas, y asegura que el régimen comunista ha llevado prosperidad a la región.
El propio Dalai Lama, que ha manifestado en numerosas ocasiones su deseo de poder regresar al Tíbet antes de morir, reconoce que la región ha mejorado económicamente bajo la soberanía china, lo que según los analistas muestra que desea moderar su postura con el fin de ser autorizado a volver a su residencia oficial en Lhasa.
Sin embargo, el líder tibetano y Premio Nobel de la Paz en 1989 también acusa a China de haber causado un "genocidio cultural" en el Tíbet, facilitando la emigración masiva de chinos de la etnia mayoritaria Han a una región que durante siglos vivió muy aislada del mundo exterior.
Pese a las palabras pronunciadas este miércoles por el presidente tibetano -miembro del Partido Comunista-, muchos habitantes de esa región consideran al actual Dalai Lama un héroe nacional.
Guardan escondidas fotos suyas en sus casas, y es frecuente que manifiesten su deseo de que regrese el líder espiritual, sobre todo en conversaciones con turistas extranjeros. (EFE)