No estuvo ayer lunes en el pleno del Senado de Estados Unidos y todavía no se sabe si llegará a testificar, pero sin duda el ex asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca John Bolton fue el gran protagonista esta jornada en el juicio político a Donald Trump por unas filtraciones que comprometen al presidente.
Este lunes tocaba escuchar por segundo día en la Cámara Alta los argumentos de la defensa del mandatario, que, pese al revuelo originado por Bolton, hizo referencia indirecta a las filtraciones.
"Tratamos con transcripciones de las pruebas, información pública disponible, no tratamos con especulaciones", dijo uno de los abogados personales de Trump, Jay Sekulow.
Bolton, despedido en septiembre por Trump, escribió un libro que se publicará en marzo, en el que parece que está dispuesto a sacar los trapos sucios de su antiguo jefe.
De acuerdo a extractos filtrados el domingo por el diario The New York Times, Bolton afirma en su libro que el presidente le comunicó que quería seguir reteniendo la ayuda militar a Ucrania.
Según el periódico, Trump le dijo a Bolton en agosto que "quería continuar congelando los 391 millones de dólares de asistencia de seguridad a Ucrania hasta que los funcionarios ucranianos lo ayudaran con las investigaciones" contra los demócratas, incluidos el exvicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter, que había trabajado para la compañía de gas ucraniana Burisma.
Estas revelaciones apuntan directamente al primero de los cargos políticos presentados por los progresistas contra Trump, de abuso de poder (el otro es de obstrucción al Congreso).
Los demócratas iniciaron las investigaciones contra el mandatario tras una queja de un informante a los servicios de Inteligencia por una llamada telefónica en julio entre Trump y su homólogo de Ucrania, Volodímir Zelenski, en que el estadounidense le pidió al ucraniano que abriera pesquisas contra los Biden por presunta corrupción en el país europeo.
Según la oposición demócrata, Trump condicionó la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania y también la programación de una reunión con Zelenski en la Casa Blanca a su exigencia de que Kiev anunciara que planeaba investigar a Biden, actual precandidato de su partido a las elecciones presidenciales de este año.
El ex asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca fue despedido en septiembre del año pasado. (Foto: EFE)
Contraataque de Trump
Ante las filtraciones del libro de Bolton, el propio Trump y la Casa Blanca han contraatacado.
En un hilo de tuits, el mandatario negó haber pronunciado esas palabras: "NUNCA le dije a John Bolton que la ayuda a Ucrania estuviera vinculada a las investigaciones a los demócratas, incluidos los Biden. De hecho, nunca se quejó de esto al final de su despido público".
"Si Bolton ha dicho esto, es solo para vender su libro -aseguró-. Dicho esto, la transcripción de mis llamadas con el presidente Zelenski son todas las pruebas que se necesitan, además del hecho de que el presidente Zelenski y el ministro de Exteriores de Ucrania han dicho que no hubo ninguna presión ni ningún problema".
La portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, fue más lejos y expresó, en declaraciones a la cadena de televisión Fox News, sus sospechas sobre el momento elegido para esta filtración del libro de Bolton.
"Creo que el momento para esto es muy, muy sospechoso", reflexionó Grisham, quien denunció que "de repente este manuscrito ha aparecido por arte de magia en manos de The New York Times, con unas afirmaciones muy, muy serias".
El propio Bolton y las editoriales Simon & Schuster y Javelin Literary negaron en un comunicado conjunto cualquier coordinación con el diario sobre la publicación de extractos del libro, titulado "The room where it happened" (La sala donde ocurrió).
Repercusiones en el juicio
La revelaciones afectan de lleno al debate dentro de las filas republicanas sobre si citar o no a nuevos testigos en el juicio político, como piden los demócratas.
Dos importantes senadores republicanos moderados Mitt Romney y Susan Collins opinaron este lunes que las filtraciones hacen importante que la Cámara cite a testigos.
"Cada vez es más probable que otros republicanos se unan a los que pensamos que deberíamos escuchar a John Bolton", señaló Romney a los periodistas.
Por su parte, Collins destacó que "las informaciones sobre el libro de Bolton fortalecen el caso a favor de testigos y han suscitado conversaciones" entre sus compañeros de bancada.
Sin embargo, otros conservadores como el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, han reiterado en varias ocasiones su oposición a que haya nuevos testigos.
Los demócratas de la Cámara Alta, donde son minoría, necesitan el respaldo de al menos cuatro republicanos para ganar el voto a favor de escuchar el testimonio de testigos en el Senado, que podría celebrarse el viernes.