Era un funcionario del Kremlin y que por su trabajo escaló hasta llegar al corazón del gobierno ruso: la oficina presidencial. Pero resultó ser un espía reclutado décadas atrás por los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
No se trata del avance de una nueva novela o de la típica producción de Hollywood. Se trata, según medios de EE.UU., de una historia real, de quien, llegado 2016, terminó siendo una fuente clave para la entonces Administración de Barack Obama sobre la llamada trama rusa: la supuesta injerencia del Kremlin en las elecciones de ese año para favorecer a Donald Trump, a la postre vencedor y actual mandatario, desde enero de 2017.
Conforme fue avanzando el caso y la prensa empezaba a hacer preguntas, la CIA planteó al informante la conveniencia de desaparecer del mapa, pero él lo rechazó alegando asuntos familiares. Esa negativa y en ese contexto, según The New York Times, levantó sospechas en la agencia: de que el espía pudo haber sido descubierto en algún momento y se había convertido en agente doble.
Por ello, además, la CIA se dedicó a revisar la veracidad de todo el material "secreto" que le proveyó el "topo". De todos modos, meses después aceptó la oferta de huir de Rusia.
Según CNN, varias fuentes anónimas al interior del actual Gobierno de Trump confirmaron que el espía fue extraído con éxito de ese país en 2017, en una operación secreta nunca antes revelada. Su paradero, hoy, es desconocido oficialmente.
Rusia apunta a una historia de "cómic y literatura"
Consultados en el Kremlin, respondieron que el supuesto colaborador de Washington sí había trabajado en la presidencia, pero sin acceso directo a Vladímir Putin.
Según recoge El País, el medio ruso Kommersant publicó el nombre del presunto agente pero el portavoz del gobierno de Putin, Dmitri Peskov, apuntó que aquel había sido despedido entre 2016 y 2017, y que luego, en julio, en plenas vacaciones familiares en Montenegro, desapareció. En ese hecho, el Comité de Investigación Ruso inició una indagatoria por asesinato.
Con algo de ironía, no obstante, Peskov sostuvo que no podía confirmar que se tratase de un espía: "Toda esta especulación de los medios estadounidense sobre quién lo extrajo y sobre quién le salvó es más del género del cómic, de literatura de intriga, así que dejémoselo a ellos".
La cadena pública Russia Today (RT), citada por The Washington Post, reveló que hombre en cuestión, casado y con tres hijos, había trabajado en la embajada rusa de la capital de Estados Unidos antes de 2010.
Tras la supuesta extracción de dicho agente desde Rusia, ¿se quedó la CIA sin informantes? No hay certeza de ello. Sin embargo, los agentes de inteligencia ahora advierten de nuevos intentos de injerencia por parte de Rusia para las próximas elecciones de 2020.
La trama rusa provocó que en diciembre de 2016, a fines de su mandato, Obama ordenara la expulsión de 35 diplomáticos rusos por los ataques cibernéticos que atribuyó a ese país durante la campaña electoral, para presuntamente favorecer a Trump en desmedro de la candidata demócrata Hillary Clinton.
Por su parte, el caso ha traído algunos problemas a Trump, que ha sido investigado por obstrucción a la justicia. El informe del fiscal especial Robert Mueller determinó que no hay pruebas de nexos entre el entorno del equipo electoral del actual presidente y el Kremlin, pero no planteó una conclusión sobre el mencionado posible delito.