El secretario de Estado de EEUU., Colin Powell, se unirá este miércoles a varios líderes europeos en el funeral de Estado por las víctimas de los atentados del 11 de marzo en Madrid que se celebra en la Catedral de la Almudena, pero también comenzará una delicada iniciativa diplomática para mantener a las tropas españolas en Irak.
La Familia Real presidirá el acto funebre, que contará con la presencia destacada de parientes de las víctimas de la masacre.
En el interior del templo habrá unas 1.500 personas, todas ellas sentadas dado el carácter solemne de funeral de Estado que tendrá la ceremonia, a diferencia del oficio que tuvo lugar la semana pasada, organizado por la Comunidad de Madrid, cuando unas 3.000 personas llenaron la catedral.
No obstante, se dispusieron 800 sillas en la explanada exterior de la catedral para prever una masiva asistencia de allegados de las víctimas, ya que la Delegación del Gobierno en Madrid cursó 10 invitaciones para cada familia, que podrán seguir la ceremonia por medio de grandes pantallas de televisión.
La elección de un templo católico para el funeral de Estado motivó que los representantes de las confesiones religiosas minoritarias en España, evangélicos, musulmanes, judíos y adventistas, expresaran su "profundo malestar" porque el funeral de Estado en memoria de las víctimas de los atentados en Madrid se oficie en un templo católico.
Las exequias obligaron a las fuerzas de seguridad del Estado a realizar un esfuerzo especial, según el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, quien dijo que se trabajó para lograr una "ciudad blindada" para garantizar la seguridad de los asistentes al funeral.
Entre los representantes extranjeros destacará la presencia, ya confirmada, del presidente de Francia, Jacques Chirac, el de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, el portugués, Jorge Sampaio, así como del primer ministro británico, Tony Blair, y el canciller alemán, Gerhard Schröder.
En la representación de las Casas Reales destacará la presencia del príncipe de Gales; de Alberto de Mónaco; Felipe de Bélgica y Mulay Rachid de Marruecos. Además, participarán el primer ministro polaco, Leszek Miller; el de la República Checa, Vladimir Spidla; el de Rumanía, Adrián Nastase; el albanés, Fatos Nano; el belga, Guy Verhofstadt; el búlgaro, Gueorgui Parvanov; y los jefes de Estado de Finlandia, Tarja Halonen; de Canadá, Adrienne Clarkson; y de Estonia, Arnold Runtel; así como el ex primer ministro japonés Yoshiro Mori.
Powell tanteará el terreno
Powell señaló que simplemente tanteará el terreno con el líder socialista y próximo presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que prometió retirar a los 1.300 soldados españoles si la ONU no toma el control de manos de las fuerzas lideradas por EE.UU. en Irak para el 30 de junio.
La posición de Zapatero ha alimentado los rumores de que Washington está buscando una resolución de la ONU para satisfacerle.
Pero Powell dijo a periodistas antes de abandonar Washington que era poco probable que él y Zapatero discutieran detalles de tal resolución cuando se reúnan en Madrid.
"Veremos qué posibilidades hay allí para una conversación, pero dudo que llegue a tal nivel de detalle específico", dijo Powell, añadiendo que iba "ante todo" a asistir al funeral por las víctimas del 11-M.
Desde los atentados contra cuatro trenes de cercanías de Madrid en los que murieron 190 personas y que han sido atribuidos a grupos cercanos a Al Qaeda, España ha variado drásticamente desde su posición como firme aliado del presidente de EEUU, George W. Bush, sobre Irak.
En las elecciones generales celebradas tres días después de los atentados, Zapatero ganó contra todo pronóstico mientras muchos españoles echaban la culpa a la alianza del Gobierno del Partido Popular con Bush de haberse convertido en un objetivo para los extremistas islámicos.
"FIASCO" DE GUERRA
Zapatero se opuso enérgicamente a la guerra de Irak junto con la mayor parte de la opinión pública española, calificándola de "fiasco".
Powell contará con el respaldo a su iniciativa diplomática del primer ministro británico, Tony Blair, un cercano aliado de Bush en Irak, y que también asiste al funeral.
Responsables estadounidenses y británicos han sugerido que cualquier retirada española de Irak podría sonar a un aplacamiento a la red Al Qaeda de Osama bin Laden y otros grupos extremistas.
"El argumento de que hay algún tipo de opción de borrarse de la lista de objetivos de los terroristas adoptando una política exterior no comprometida no sólo es falsa, sino profundamente peligrosa", dijo el martes el ministro británico de Exteriores, Jack Straw.
Pero entre los líderes internacionales que asisten al funeral de Estado también están el presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schroeder, dos importantes voces contra la guerra de Irak.
Chirac y Schroeder también se han negado a contribuir con tropas a las fuerzas lideradas por EEUU que ahora ocupan Irak.
Desde el punto de vista militar, la contribución de España en Irak es pequeña, pero su significado político es enorme porque la guerra provocó importantes grietas diplomáticas en todo el mundo.
El rey Juan Carlos y la reina Sofía asistirán al servicio religioso junto con el príncipe Carlos de Inglaterra.
Se prevé que las medidas de seguridad sean extremas.
Los investigadores creen que los atentados de Madrid fueron el primer ataque en Europa de la red Al Qaeda de Osama bin Laden o de extremistas musulmanes de su órbita.
Las fuerzas de seguridad españolas han detenido a 13 sospechosos de tener conexión con los ataques, entre ellos 10 marroquíes.