El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Pavló Klimkin, negó este viernes rotundamente el uso de bombas de racimo por parte del ejército ucraniano en el este de su país y calificó de "montaje" las fotos que presuntamente sirven de prueba.
"Si observan detenidamente las fotos, verán que se trata de un 'fake' (montaje)", dijo el jefe de la diplomacia ucraniana en declaraciones a la emisora alemana "Deutschlandfunk".
Asimismo dijo haber hablado con el ejército y aseguró que las acusaciones habían sido investigadas.
La organización Human Rights Watch (HRW) ha acusado al ejército ucraniano de utilizar bombas de racimo en el conflicto por el control del este de Ucrania y asegura que sobre todo en los ataques contra el centro de Donetsk a principios de octubre hay indicios claros que responsabilizan a las fuerzas armadas ucranianas.
Klimkin agregó que Kiev quiere "estudiar al detalle" con HRW las acusaciones y señaló que es necesario determinar quién utilizó esas armas -ya fueran "terroristas" o "bandas"- para que "respondan" de sus actos.
Ucrania celebra este domingo elecciones legislativas, pero los separatistas prorrusos que combaten en el este del país no tienen intención de participar y pretenden celebrar en noviembre sus propios comicios.
Klimkin declaró que Kiev no reconocerá las elecciones de noviembre y llamó a la Unión Europea y a Rusia a lanzar un claro mensaje de que estos comicios no serán aceptados.
El miércoles, el Gobierno alemán pidió aclarar las acusaciones de violación de los derechos humanos en Ucrania, entre las que incluyó tanto el presunto uso de bombas de racimo por parte de Kiev como los supuestos abusos de los separatistas sobre la población civil.
El portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, señaló que Berlín ha tomado nota del informe de HRW, pero también del desmentido posterior de Kiev.
Seibert destacó que ni Ucrania ni Rusia han firmado aún la convención internacional que prohíbe el empleo de este tipo de armamento y que agregó que Berlín aplaudiría que ambos lo hicieran.