El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, animó este viernes a Pakistán y Afganistán a rechazar la influencia extranjera en la región durante una cumbre celebrada en Islamabad y que se vio empañada por un atentado suicida que mató a 23 personas en el noroeste paquistaní.
Al término de una reunión entre los presidentes de los tres países en la capital paquistaní, Ahmadineyad censuró que "la región haya estado sujeta a la hegemonía de las potencias extranjeras", en unas palabras que parecían apuntar directamente a Afganistán.
"No hay ningún problema fundamental entre los países de la región. Todos los problemas vienen de fuera", aseveró Ahmadineyad, acompañado en una rueda de prensa por su homólogo paquistaní, Asif Alí Zardari, y afgano, Hamid Karzai.
"Deberíamos arrebatar a los otros la oportunidad de interferir en los asuntos regionales", propuso.
El presidente iraní llego el jueves, a Islamabad para participar en esta cumbre trilateral, que ha tenido sus principales ejes en el proceso de paz en Afganistán -donde EE.UU. es el país con más tropas desplegadas- y el diálogo con los talibanes.
Los gobiernos de Afganistán y Pakistán parecen molestos por no tener una participación directa en la oficina talibán abierta recientemente en Catar, a través de la cual Estados Unidos está manteniendo contactos con los insurgentes.
En su intervención, Zardari, que invitó a Ahmadineyad a hacer otra visita en solitario a Islamabad, aclaró que la relación entre Pakistán e Irán "no puede verse socavada por ninguna presión internacional".
La visita del líder iraní coincidió con un ataque suicida en la región tribal paquistaní de Kurram que acabó con la vida de 23 personas y dejó heridas a otras 40 en la capital de la demarcación.