La Justicia italiana reabrió una investigación sobre la presunta relación entre el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi y atentados cometidos por la mafia en 1993 que causaron la muerte a diez personas.
Un juez de Florencia autorizó la reapertura de la investigación solicitada por la Fiscalía de la capital toscana a partir de los detalles de la interceptación de una conversación del ex jefe mafioso Giuseppe Graviano, informaron medios locales.
En esa conversación entre Graviano y un compañero de la prisión de Ascoli Piceno interceptada en 2016 y cuyo contenido se conoció ya el pasado junio, aquel le dijo: "'Berlusca' me ha pedido ese favor. Por eso había prisa".
Los diarios Repubblica y Corriere della Sera indican que la reapertura de la investigación tiene que ver con la presunta relación del ex primer ministro con la orden de cometer aquellos atentados y señalan que el fiscal Giuseppe Creazzo solicitó a la policía judicial que indague sobre esas escuchas.
Giuseppe Graviano y su hermano, Filippo, se hicieron con el poder de la Cosa Nostra, la mafia siciliana, junto a otros cinco mafiosos, tras el arresto en enero de 1993 del jefe Totò Riina y decidieron echar un pulso al Estado.
Como resultado de ello, llevaron a cabo sangrientos atentados en 1993 en Florencia, Milán y Roma que dejaron diez muertos y 93 heridos, además de importantes daños materiales en la florentina Galería degli Uffizi.
Responsables además del asesinato en 1993 del sacerdote antimafia Pino Puglisi, párroco de San Gaetano en Brancaccio, en la isla de Sicilia, los hermanos Graviano fueron arrestados el 27 de enero de 1994 y desde entonces permanecen en la cárcel.
No es la primera vez que se vincula a Berlusconi con la mafia, puesto que en 2009 el ex mafioso Gaspare Spatuzza relacionó al antiguo primer ministro con la hegemonía de Cosa Nostra en los años 90, durante una audiencia celebrada en Turín en el juicio de apelación al entonces senador del Partido del Pueblo de la Libertad (PDL) Marcello Dell'Utri.