El ministro del Interior y Comunicaciones de Japón, Minoru Terada, presentó este domingo su dimisión después de que el primer ministro nipón, Fumio Kishida, se viera presionado para destituirlo por estar envuelto en un escándalo de financiación.
Terada presentó su renuncia ante Kishida horas después de que los medios japoneses filtraran los planes de destitución, que tendría como objetivo evitar que el caso impacte en unas negociaciones presupuestarias clave que arrancan en el parlamento el lunes.
Es la tercera dimisión de un cargo ministerial del Gabinete de Kishida en menos de un mes y supone un nuevo golpe para el bajo índice de aprobación de su administración, que se encuentra en mínimos poco más de un año después de acceder al cargo.
"Terada me ha dicho que no quería causar contratiempos en estos momentos y por ello he aceptado su dimisión", dijo Kishida en declaraciones a los periodistas desde el Kantei, la oficina del primer ministro japonés, en Tokio.
El depuesto ministro "ha intentando explicar estos asuntos con mucho esfuerzo" en el parlamento, pero ante las peticiones de más explicaciones "se preocupó por que pueda afectar a la sesión de la Dieta (el parlamento japonés), donde se están debatiendo en estos momentos proyectos muy importantes para su aprobación", explicó.
Kishida se disculpó por el revuelo y reveló su intención de escoger como sucesor al frente de Interior al exministro de Exteriores Takeaki Matsumoto, que será formalmente designado mañana, lunes, según recogió la cadena pública NHK.
Terada ha sido objeto de críticas por varias irregularidades en materia de fondos electorales y ha reconocido que uno de sus grupos de apoyo presentó durante varios años documentación de financiación aparentemente firmada por una persona fallecida.
El político, que fue asesor especial de Kishida antes de asumir el cargo ministerial como primerizo en la remodelación del Gabinete de este verano, ha insistido en que él no es responsable de estos documentos, puesto que el citado grupo lo encabeza otra persona.
La oposición ha estado pidiendo su dimisión, argumentando que no es apto para el cargo porque entre sus funciones se incluyen la de ser el responsable de la ley de control de fondos públicos.
Terada, de 64 años, pertenece a la facción de Kishida dentro del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD).
El PLD habría presionado al primer ministro para que lo depusiera y sustituyera con prontitud para evitar que la polémica afecte a las deliberaciones parlamentarias para aprobar el nuevo presupuesto suplementario, que comienzan mañana.
La destitución de Terada es la tercera de un cargo ministerial del Gabinete de Kishida en menos de un mes y supone un nuevo varapalo para el Ejecutivo, cuyo índice de aprobación se ha mantenido por debajo del 30 % en las encuestas más recientes.
Pese a llevar a su partido a la victoria en las elecciones parlamentarias parciales de julio, la popularidad de Kishida se ha visto fuertemente mermada después de que el asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe en esas fechas destapara vínculos entre el PLD y el grupo religioso conocido como Iglesia de la Unificación.
El pasado 24 de octubre el ministro de Revitalización Económica, Daishiro Yamagiwa, abandonó el cargo por las críticas recibidas por sus vínculos con el credo, también conocido como "Secta Moon".
Más recientemente, Kishida destituyó el 11 de noviembre al entonces ministro de Justicia, Yasuhiro Hanashi, tras unos comentarios frívolos sobre sus funciones y la pena de muerte.