El Ejército de Israel anunció este miércoles la creación de un puesto de dirección del esfuerzo civil humanitario en la Franja de Gaza, que atraviesa una severa crisis humanitaria que muchos organismos atribuyen -entre otros- a los controles y condiciones de acceso que marcan las fuerzas armadas.
"El cargo lidiará con la integración e implementación de los esfuerzos humanitarios en Gaza y la coordinación con la comunidad internacional, de una forma que permita la implementación de estos mientras se defienden los intereses de seguridad del Estado de Israel", recoge el comunicado castrense emitido hoy.
La posición recayó sobre el coronel Elad Goren, quien fue nombrado director del esfuerzo civil humanitario en un acto el martes encabezado por el jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi.
Goren ya trabajaba en un puesto equivalente al recién creado por el Ejército, al ser el encargado del Cogat, el organismo militar israelí que gestiona los asuntos civiles en los territorios palestinos ocupados, y desde el inicio de la ofensiva coordina el acceso de ayuda humanitaria en Gaza.
La creación del puesto se produce mientras la Franja atraviesa una crisis humanitaria sin precedentes, en la que los ataques israelíes han disparado las necesidades de la población y, a la vez, limitado a niveles mínimos el acceso de los materiales necesarios para la supervivencia, desde los productos de higiene al combustible.
Sin ir más lejos, la "zona humanitaria" designada por el Ejército "sufre la falta de infraestructuras y servicios básicos, mientras la provisión de ayuda está limitada por motivos de acceso y seguridad", según el último informe de la oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
DEMORAS DEL COGAT
El director de planificación en Gaza de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Sam Rose, alertó este miércoles en la cadena catarí Al Jazeera de que apenas una media de 100 camiones entra a Gaza diariamente, cuando en 2023 la cifra rondaba los 500.
Rose, que se encuentra en el centro de Gaza en estos momentos, explicó a EFE que la coordinación de la entrada de ayuda con el Cogat se ha convertido en un largo proceso de concesión de permisos, en el que los camiones de ayuda, que cruzan por zonas de combate, pueden llegar a pasar horas en puntos de control hasta que reciben luz verde del Ejército para continuar su ruta.
Otro portavoz de UNRWA añadió que los camiones que acceden a Gaza deben ir cargados a la mitad de su capacidad total para facilitar el control por parte del Cogat en los cruces de acceso a Gaza.
En estos momentos sólo tres accesos de ayuda humanitaria funcionan en la frontera gazatí: el de Kerem Shalom, en el extremo meridional; el de la puerta 96 del corredor de Netzarim, en el centro-norte del enclave; y el de Erez, en el norte.
En este contexto, Gaza afronta una crisis humanitaria marcada por una profunda inseguridad alimentaria, que afecta a un 96% de los palestinos residentes en el enclave, según OCHA.
Además, sólo 16 de los 36 hospitales de la Franja siguen funcionando -la mayoría sólo parcialmente- y muchos sufren diariamente la amenaza de cesar su actividad al tener un limitado acceso a la electricidad, dependiente de la escasa entrada de combustible al enclave.
"Seguimos operando bajo servicios mínimos. Ahora estamos sin electricidad, utilizando un pequeño generador sólo seis horas al día", explicó en mensajes de texto a EFE el director en funciones del hospital Al Awda de Yabalia, Mohammed Salha.