Pompeo apoya al nuevo Ejecutivo de Netanyahu con un viaje relámpago a Israel
"Estamos a punto de formar un Gobierno de unidad nacional", dijo Netanyahu.
"Estamos a punto de formar un Gobierno de unidad nacional", dijo Netanyahu.
El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, visitó hoy Israel, en un claro gesto de apoyo al Gobierno encabezado por el primer ministro Benjamín Netanyahu junto a su ahora socio Beny Gantz, que tomará posesión mañana y con el que se pone fin a un largo bloqueo político después de la celebración de tres elecciones generales.
El viaje de Pompeo, de sólo seis horas, permite a Netanyahu jurar mañana su cargo por cuarta vez consecutiva con la imagen de la cercanía de la Administración de Donald Trump y poniendo encima de la mesa tres asuntos principales que centraron hoy las conversaciones: la amenaza iraní, la pandemia de la COVID-19 y la anexión de partes del territorio palestino ocupado de Cisjordania.
"Estamos a punto de formar un Gobierno de unidad nacional", dijo Netanyahu con satisfacción en una rueda de prensa conjunta con Pompeo, en la que remarcó que este paso "es una oportunidad" para "la paz y la seguridad", según lo establecido en el llamado Acuerdo del Siglo, el polémico plan de Trump y su yerno Jared Kushner que abre la puerta a la anexión israelí de parte de Cisjordania, como el fértil y geopolíticamente clave valle del Jordán.
La anexión es una cuestión central para el primer ministro y fue uno de los temas tratados en la reunión de tres horas entre ambos. Netanyahu pretende impulsarla a partir de julio, pese a la oposición de la comunidad internacional y de los palestinos, pero deberá coordinar sus movimientos con Washington.
Netanyahu tiene prisa, sabedor de que las próximas elecciones de noviembre en Estados Unidos podrían conllevar un cambio de inquilino en la Casa Blanca y reducir sus posibilidades, no contempladas hasta la llegada de Donald Trump por la comunidad internacional, que apostaba por la creación de un Estado palestino en base a las fronteras de 1967, la conocida como solución de dos Estados.
"Aún queda trabajo por hacer" y elementos por cerrar, afirmó al respecto Pompeo, quien expresó a Netanyahu su deseo de seguir profundizando en esta cuestión, sin aportar más detalles.
Días atrás, sin embargo, reiteró que la decisión final sobre la anexión dependerá de Israel.
Otro de los temas abordados, en el que ambos países parecen estar en consonancia, fue la influencia de Irán en la región, sobre todo en Siria, y la preocupación de que Teherán desarrolle armamento nuclear.
"La campaña en la que hemos participado para reducir los recursos que los ayatolás tienen para hacer daño aquí en Israel y a lo ancho del mundo ha dado sus frutos, ha tenido éxito, y vamos a seguir con ella. Hay más trabajo que hacer en esto", aseguró Pompeo, quien acusó a Teherán de "usar sus recursos para fomentar el terror en el mundo, incluso mientras el pueblo iraní se enfrenta" a la pandemia del coronavirus.
Una de las cuestiones espinosas a tratar fue el malestar estadounidense por la creciente influencia económica de China en Israel, como queda patente en sus movimientos para controlar puertos mediterráneos en el país.
Pompeo hizo una alusión velada a Pekín durante sus declaraciones conjuntas con Netanyahu y, según la radio pública Kan, mostró su contrariedad a la presencia de su principal rival en Israel, donde empresas chinas amplían gradualmente su presencia.
Según Washington, las crecientes inversiones chinas podrían suponer un peligro para Israel, al extender su capacidad para apropiarse de información y datos tecnológicos delicados del país.