El presidente de Rusia, Vladímir Putin, promulgó este viernes una ley que castiga con hasta cinco años de prisión a quienes cooperen con la Corte Penal Internacional (CPI), que dictó a mediados de marzo una orden de detención contra el jefe del Kremlin, y con otros organismos internacionales de los que Moscú se ha salido.
La ley fue aprobada el 19 y 26 de abril por la Cámara Baja y el Senado de Rusia, respectivamente.
La normativa se adoptó "debido a las acciones ilegales de organizaciones internacionales, en particular del CPI", según señaló en su momento el presidente de la Cámara Baja, Viacheslav Volodin.
La ley perseguirá a quienes cooperen con organizaciones internacionales y entidades estatales extranjeras cuyas decisiones se contradigan con la legislación nacional de Rusia, ya que la controvertida reforma constitucional de 2020 situó a las leyes rusas por encima de las internacionales.
Según el nuevo artículo del código penal (284), se perseguirá a quienes cooperen en el cumplimiento de las decisiones de organizaciones internacionales a las que Rusia no pertenezca, y de órganos estatales extranjeros en la persecución penal de funcionarios rusos o integrantes de formaciones de voluntarios que cumplan misiones militares.
Además de una pena de hasta cinco años de cárcel, esas personas podrían recibir de 300.000 rublos (unos tres millones de pesos chilenos) a un millón de rublos (cerca de 10 millones de pesos chilenos) de multa.
RUSIA CONTRA LA CORTE PENAL INTERNACIONAL
Nada más dictarse la orden de arresto contra Putin, Volodin abogó por prohibir las actividades del CPI en este país.
Además, aseguró que "cualquier ataque" contra el jefe del Kremlin sería considerado una "agresión" contra el país, en alusión a la orden de arresto dictada por la deportación ilegal de niños de Ucrania, considerado un crimen de guerra.
El Kremlin aseguró que Rusia no reconoce la jurisdicción de esa corte, por lo que sus decisiones tienen "un nulo valor jurídico", mientras el subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, avisó de que el arresto de Putin sería equiparable a una "declaración de guerra" y amenazó con bombardear con misiles la sede del tribunal en La Haya.
Poco después, el Comité de Instrucción de Rusia inició un caso penal contra el fiscal, Karim Ahmad Khan, y los tres jueces del CPI, Tomoko Akane, Rosario Salvatore Aitala y el costarricense Sergio Gerardo Ugalde Godínez.
La CPI considera a Putin y también a la comisionada para los Derechos del Niño, María Lvova-Belova, "presunto responsable" de la deportación ilegal de niños ucranianos, lo que ha sido denunciado en numerosas ocasiones por las autoridades de Kiev.