El gobierno de Uruguay, país que vive su peor sequía en 44 años, estima que salvo que haya lluvias intensas, a Montevideo y al área metropolitana les resta entre una semana y 10 días de agua bebible, mas no potable.
Desde mayo se han detectado niveles de cloruro y sodio por encima de los registrados en todas las líneas de bombeo -salvo una- que llegan a esa zona, por lo que el agua es cada vez más salada.
Según El País, de las dos grandes fuentes de agua en Montevideo y sus alrededores, el embalse de Canelón Grande quedó seco y Paso Severino mantenía alrededor de 1,2 millones de metros cúbicos al domingo (cerca del 1,7% de su capacidad total), pero se utilizan 80.000 a diario.
Una vez que esa reserva se agote, las autoridades deberán aumentar el aporte de fuentes más cercanas al Río de la Plata, cuyos niveles de cloruro y sodio son más elevados, y por ende, "va a haber un lapso en el que el agua no sea bebible", admitió el presidente Luis Lacalle Pou la semana pasada.
En concreto, el agua no será apta para el consumo humano hasta que no esté habilitada una represa provisoria que actualmente está en construcción.
Al llegar a Puerto Iguazú para participar de una nueva cumbre del Mercosur, el mandatario señaló a Canal 5 que "no hay fecha" para que el agua deje de ser bebible, pero que el gobierno lo avisará "con tiempo".
Fuera de un episodio de leves precipitaciones este miércoles y jueves -que acumularían entre 10 y 25 milímetros-, el Instituto de Meteorología uruguayo pronosticó lluvias para las próximas dos semanas.
De acuerdo al gobierno, los hogares nacionales destinan la mayor parte del agua provista por la empresa estatal OSE para lavarse o bañarse, y sólo beben el 5%, cantidad que deberá ser sustituida por agua embotellada, entregada de forma gratuita por el Estado a casi un tercio de los afectados.