Los clubes cannábicos de Uruguay expresaron su malestar por el "bloqueo" que a su juicio se produce a la instalación de nuevos grupos de este tipo debido una norma del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca) que exige una distancia mínima de 1.000 metros entre cada sede.
Luego de la aprobación en 2013 por parte del Parlamento uruguayo de la ley que regula la producción y compraventa de marihuana, en octubre del pasado año el Ircca publicó las condiciones para el funcionamiento de estos clubes, entre las que destacan que deben tener entre 15 y 45 socios y que deben guardar 150 metros de distancia como mínimo de los centros educativos.
Posteriormente, en noviembre de 2015 este instituto añadió una nueva norma que prohíbe que haya clubes a menos de un kilómetro de distancia, algo que despertó la "preocupación" de estas organizaciones.
El documento oficial expresa que "por razones de seguridad y convivencia" se hace "necesario" fijar aspectos que no habían sido contemplados anteriormente, para evitar "riesgos innecesarios" y contribuir a la "convivencia pacífica".
Preocupación de los clubes
"La resolución del Ircca de exigir un mínimo de 1.000 metros entre cada club es un bloqueo a la instalación de nuevos clubes, ya que se dificulta mucho encontrar nuevos espacios. Es una medida que restringe el derecho a la conformación", dijo Diego Pieri, representante del club cannábico Proderechos.
Pieri aseguró que ésta es la postura general de los 30 clubes del país, de los cuales 15 están oficialmente conformados y otros 15 en proceso de autorización.
Igualmente, el vocero indicó que la "preocupación" de los clubes se enfoca en "el problema en general" que esta medida representa para los cultivadores y clubes que a su juicio "son los que están sosteniendo el modelo".
Según Pieri, el 41 por ciento de los usuarios de marihuana accede legalmente al cannabis a través de cultivadores y clubes debido a que todavía no ha comenzado la venta en farmacias de la marihuana, que, bajo el control del Estado, producen las dos empresas que en 2015 recibieron la licitación para plantar la droga en un predio estatal.
"Mientras la farmacia no sea el proveedor fundamental apostamos al desarrollo de clubes en la capital y el interior. Mientras no haya disponibilidad de acceso legal a todos los usuarios habrá los llamados mercados grises", afirmó.
Asimismo, el representante resaltó que los clubes cannábicos están en contacto permanente con el Ircca y que "la intención" es trabajar en conjunto con el Gobierno "proponiendo soluciones generales" en todo el territorio uruguayo.
Según las previsiones del Gobierno, entre finales de este semestre y comienzos del segundo comenzará la venta legal de cannabis de producción nacional en las farmacias.