El papa Francisco pidió hoy que los católicos chinos puedan "vivir la fe con generosidad y serenidad" y les instó a realizar "gestos concretos de hermandad, concordia y reconciliación", durante la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro.
Francisco hizo esta llamamiento al recordar que el próximo 24 de mayo se celebra la fiesta de Nuestra Señora la Virgen María Auxilio de los Cristianos, que se venera en el santuario de She Shan en Shanghái.
Ese día, dijo, "nos invita a unirnos todos espiritualmente a los fieles católicos en China".
Aseguró que la Iglesia reza por los católicos chinos para que, "entre todas las dificultades, puedan continuar entregándose en la voluntad de Dios".
En China existe una Iglesia católica oficial, la llamada Asociación Católica Patriótica, aprobada por el Gobierno, y otra clandestina y a menudo perseguida vinculada al Vaticano, pues Pekín rechaza que la Santa Sede pueda nombrar obispos sin contar con su aprobación.
Existen cerca de diez millones de católicos en China, aunque divididos entre quienes siguen a la Iglesia oficial y los fieles al papa.
Esta situación ha derivado en que siete obispos chinos hayan sido ordenados sin el permiso papal y una treintena lo sean en la Iglesia clandestina.
En los últimos años ha habido acercamiento en las negociaciones entre el Vaticano y China, que no mantienen relaciones bilaterales, aunque aún parece lejano un acuerdo para resolver el problema de los nombramientos y la convivencia de los católicos en el país.