Venezuela rechazó la declaración impulsada este jueves por EE.UU. y Argentina, a la que se sumó una treintena de delegaciones internacionales, incluido Chile, que llama a una resolución de la crisis que vive el país caribeño tras los comicios de julio, en los que la oposición mayoritaria se reivindica el triunfo pese a que el presidente Nicolás Maduro fue proclamado ganador por el ente electoral.
En el documento, refrendado en Nueva York en los márgenes de la semana de Alto Nivel de Naciones Unidas, se señala al opositor Edmundo González Urrutia como el candidato que ganó "la mayoría de votos" de acuerdo con "las actas electorales disponibles públicamente".
En un comunicado, el Gobierno chavista expresó que esa carta conjunta, suscrita por "un puñado" de "Gobiernos satélites" de Estados Unidos para "atacar al pueblo venezolano", no es más que "un acumulado de infamias, distorsiones y aspiraciones golpistas, cuyo epílogo será, como siempre, un estrepitoso fracaso".
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y sus "países lacayos", según el Ejecutivo venezolano, pretenden "invocar la defensa de los derechos humanos del pueblo venezolano mientras lo agreden" con "medidas coercitivas ilegales y planifican acciones terroristas" para "desconocer su voluntad democrática".
"Ya en Venezuela se pronunció el Consejo Nacional Electoral y su resultado fue ratificado por el Tribunal Supremo de Justicia", señaló Caracas, en referencia a un fallo que convalidó la reelección de Maduro, proclamada por el ente comicial con base en unos resultados que, tras casi dos meses de las presidenciales, aún se desconocen de forma desagregada.
Las 32 delegaciones que suscribieron el texto son: Argentina, Australia, Austria, Bosnia-Herzegovina, Canadá, Costa Rica, Croacia, Chile, Dinamarca, República Dominicana, Estonia, la Unión Europea, Alemania, Guatemala, Guyana, Hungría, Irlanda, Italia, Kosovo, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Panamá, Perú, Portugal, Eslovenia, España, Suecia, Ucrania, Reino Unido y Estados Unidos.