"Nunca, jamás quise empujarlo para que se cayera. Esto fue un accidente, algo absolutamente involuntario", dijo el carabinero Sebastián Zamora al explicar el crudo incidente que protagonizó el viernes 2 de octubre en el Puente Pío Nono, en Santiago, cuando arremetió a un adolescente de 16 años que, a consecuencia de esta acción, cayó desde siete metros de altura al lecho del Río Mapocho.
"Ha sido el peor día de mi vida. Jamás pensé que podría estar en una situación como ésta", dijo a El Mercurio Zamora, de 22 años, desde la prisión preventiva que cumple en la Subcomisaría Pudahuel Norte, luego de ser formalizado por homicidio frustrado.
"Sentí angustia y lloré"
El uniformado relató al diario sus primeras impresiones luego de la tragedia, y dio su versión respecto de lo ocurrido: "Sentí mucha angustia. Desesperación. No podía creer que se había caído".
"Chocamos y como veníamos los dos corriendo muy rápido, la fuerza y velocidad que traíamos hizo que él cayera", afirmó. Más tarde, "lloré mucho cuando regresé a mi unidad", señaló.
"Me da pena recordarlo. A él (a la víctima) le diría que nunca, nunca, jamás quise empujarlo para que se cayera. Mi trabajo era solo detenerlo por los destrozos que se estaban realizando ese día. Nada más", sostuvo Zamora.
"Por cosas del destino, nos vimos enfrentados"
"Tengo pena al ver en todo lo que se ha transformado mi caso", continuó el uniformado: "Al fin y al cabo, esto nos afectó a dos personas, que nos vimos enfrentados por problemas de otros, no nuestros. Mi trabajo ese día era sólo ayudar a mantener el orden en la calle. (...) Esto fue un accidente que nos involucró a dos jóvenes chilenos que ese día, por cosas del destino, nos vimos enfrentados (...) Somos sólo dos los más afectados con todo esto, y los dos nos merecemos que se sepa la verdad", planteó.
Zamora calificó como "una buena noticia" que el adolescente herido se esté recuperando de sus lesiones y dijo estar "contento" por ello.
"Quiero seguir siendo carabinero"
En cuanto al impacto público de la situación dijo estar "aún algo choqueado", pero señaló que lo "tranquiliza en algo ver que de a poco se han visto pruebas que muestran que esto fue un accidente".
"No entiendo cómo hay personas que salen en los medios diciendo que yo le tomé las piernas para empujarlo. No entiendo el que se tengan que inventar cosas en mi contra sólo por ser carabinero. (...) Espero que todo esto pase pronto y se sepa la verdad", insistió.
Para la defensa de Zamora, "es absolutamente improcedente" que la Fiscalía le atribuya intención de asesinar al adolescente.
Sebastián Zamora enfrenta, en estos momentos, un proceso de baja de la institución, luego de conocerse que omitió informar que el día del accidente portaba una cámara corporal personal. Señaló que espera que ello no ocurra y pueda seguir siendo carabinero.
"Lo hablé con mi abogada (Nubia Vivanco), que me ha acompañado muy de cerca en todo este proceso. Fue mi profesora en Carabineros. Ella ha sido un gran apoyo y me hizo ver que era posible que esto (la baja) ocurriera. Si bien estoy tranquilo, igual tengo mucha pena. Entré a Carabineros porque es una institución que admiro. Desde chico quise ser parte de Carabineros. Mi profe me dice que tal vez podemos usar algunos recursos del reglamento de sumarios administrativos para modificar la sanción de baja, porque (haber omitido la información sobre la cámara personal) es una falta administrativa menor. Yo quiero seguir siendo carabinero y seguir perteneciendo a los equipos de Control de Orden Público", relató.
Defensa: "Imposible sostener que hubo intención de matar"
El Mercurio también conversó con la abogada defensora Nubia Vivanco, quien acusó abiertamente una falta de objetividad del Ministerio Público y consideró desproporcionada la acusación por homicidio frustrado.
"A Sebastián no se le tomó ninguna declaración antes de la emisión de la orden de detención. Entonces, ¿qué pasó con la obligación del Ministerio Público de respetar la objetividad en su labor investigativa? ¿Con el principio de inocencia en la imputación?", planteó.
Vivanco indicó que "la calificación de homicidio frustrado es absolutamente improcedente no sólo por los nuevos antecedentes que han surgido, sino por los propios que manejaba el Ministerio Público al momento de dictar la orden de detención con dicha imputación".
"El homicidio tiene pena de crimen, porque se requiere del elemento subjetivo de dolo, el animus necandi, la intención de matar, cuestión imposible de sostener a juicio de esta defensa, ni siquiera con los antecedentes presentados por el Ministerio Público en la audiencia de formalización", indicó.
La defensora cuestionó también "por qué la Fiscalía, en las miles de audiencias por detención en manifestaciones, sólo imputa por desórdenes públicos a quienes, con evidente intención dolosa, a lo menos de lesionar gravemente, atacan a las fuerzas policiales".