Durante una misa por la fiesta de Cuasimodo, el arzobispo de Santiago dijo que la canonización del sacerdote jesuita es una señal de esperanza para toda la Iglesia chilena
Durante la celebración de la fiesta religiosa de "Cuasimoso" en Renca y en medio de cantos, alabanzas, folclor y colores, el cardenal Francisco Javier Errázuriz indicó que la Iglesia chilena está muy alegre y esperanzada por la ratificación del segundo milagro del padre Alberto Hurtado.
Aunque la determinación será dada a conocer mañana por el Papa Juan Pablo II, el arzobispo de Santiago dijo que siempre tuvo la convicción de que así sucedería "porque la vida del padre Hurtado fue un ejemplo de santidad".
El cardenal anunció, además, que durante los próximos días participará de una reunión de la Conferencia Episcopal en la que se formará la comisión preparatoria. "Yo supongo que la canonización será entre abril y mayo de 2005 -mencionó- y eso nos da tiempo para comprender las dimensiones extraordinarias de guía espiritual, de amor a Cristo y solidaridad del padre Hurtado".
Rodeado de caballos adornados con lienzos blancos y amarillos, el cardenal Errázuriz recorrió las calles de Renca, entregando la comunión a los postrados.
La comunidad recibió a los religiosos con flores multicolores y cantos de alabanza. Y es que la fiesta de Cuasimodo nació como cumplimiento de una disposición del Concilio de Trento que establecía que los sacerdotes debían llevar la comunión a los enfermos y ancianos, el domingo siguiente a la Pascua de Resurrección.
En Chile, la tradición comenzó en la época de la Colonia, cuando los religiosos eran víctimas de bandoleros que les robaban los ornamentos de oro. Por lo mismo, decenas de campesinos -como medida de protección- comenzaron a acompañarlos a caballo. Actualmente, los huasos no usan sombreros y cubren sus cabezas con pañuelos blancos y amarillos en señal de respeto, igual que los fieles que se desplazan en bicicleta.
