Juan Carlos Cruz, José Andrés Murillo y James Hamilton, víctimas del ex sacerdote Fernando Karadima, reaccionaron con "profunda alegría" luego de que se conociera que la Corte de Apelaciones de Santiago falló a favor de su demanda y condenó al Arzobispado de Santiago por obstaculizar la investigación contra Fernando Karadima.
"Ha sido un camino muy largo, lleno de dificultades y con un alto costo personal y familiar, pero ha valido la pena", expresaron mediante un comunicado conjunto.
Pese a que reconocen que aún deben leer el texto para conocer los detalles, consideran que "este fallo debiera marcar el fin de la impunidad en materia de abuso sexual clerical".
"Las estrategias de la Iglesia chilena, en especial de los cardenales Ezzati y Errázuriz, para encubrir los abusos, proteger a los victimarios y silenciar a las víctimas ha tenido una fuerte respuesta de parte de la Justicia chilena", aseguran.
Por ello, resaltan que "el Estado chileno se está poniendo al día a través de la justicia para que, independiente del poder de una organización, todos deben responder por sus actos, especialmente si tienen a su cargo el cuidado de niños, adolescentes y personas vulnerables".
En ese sentido, valoran, "la Justicia chilena y el Vaticano están en la misma línea por acabar con la cultura del abuso y el encubrimiento, cultura de la que los cardenales son fieles representantes".
"Estamos presenciando un importante cambio cultural, en que los abusos de los poderosos comienzan a manifestarse inaceptables, y la Justicia lo está demostrando", remarca el comunicado, donde reconocen y agradecen la "valentía" de todas las víctimas en Chile y el mundo, quienes están provocando este cambio cultural".
Juan Carlos Cruz, en conversación con El Diario de Cooperativa, dijo esperar que la Iglesia no apele porque sería "alargar aún más este proceso doloroso". En esa línea, dijo que si recurren a la Corte Suprema, ellos irán "hasta las últimas consecuencias".
Hamilton: "Es histórico"
A título personal, Hamilton insistió que el fallo es "histórico, un hito en Chile", y "lo veo como un signo maravilloso de un cambio cultural y social en Chile, como una oportunidad enorme donde se empiezan a establecer verdades y responsabilidades que son claves para el país", y "significa que cualquier chileno puede buscar la verdad y la justicia".
Analiza que con la decisión del tribunal de alzada "se establece, como primera cosa, que la Iglesia es garante de lo que hacen los obispos, sacerdotes y miembros del clero; ya no se puede hacer la lesa de cualquier brutalidad o crimen que haga cualquiera de sus integrantes, al menos aquí en Chile".
Laicos: Un paso más para recuperar la iglesia
Desde la agrupación de laicos de Santiago se manifestaron "contentos, porque es un paso más para, de una vez por todas, recuperar la Iglesia Católica para quienes deben estar en la iglesia", comentó el vocero, Osvaldo Aravena.
"Hay muchos sacerdotes y religiosos honestos que están haciendo un trabajo muy potente, pero que lamentablemente por estos jerarcas como Errázuriz, Ezzati y compañía, no podemos porque hay una falta de credibilidad increíble en la sociedad chilena frente a la iglesia", apuntó.
La demanda inicial de Hamilton, Cruz y Murillo realizada en 2010 había sido sobreseída en primera instancia por la prescripción de los delitos acusados, pero este pasado jueves la Novena Sala de la Corte de Apelaciones evaluó nuevos antecedentes en la causa, entre ellos la carta del cardenal Francisco Javier Errázuriz al nuncio Giuseppe Pinto enviada en 2009, que dio un giro en la demanda contra el Arzobispado de Santiago.
De esta manera, el tribunal estableció que el Arzobispado, que no se ha pronunciado aún, deberá pagar 450 millones de pesos por concepto de daño moral a las víctimas, la mayor compensación económica en la que se ha visto comprometida hasta ahora.