Conocido popularmente como "el cura obrero", el sacerdote Mariano Puga ha acompañado la visita del papa Francisco desde un segundo plano, entre el público y no entre los religiosos, como acostumbra.
Hoy, tras la actividad realizada en el Santuario del Padre Alberto Hurtado, Puga enfatizó que "el papa nos recordó que la Iglesia de Jesús es la Iglesia de los pobres, de los hambrientos de justicia, de los misericordiosos y que saben perdonar, de los constructores de paz",.
El sacerdote resaltó que "en el Hogar de Cristo está la riqueza de la Iglesia de Jesús; la Iglesia no son los curas, los obispos ni los diáconos, la riqueza son los pobres, estos viejos del Hogar de Cristo (que estaban) botados en las calles".
En ese sentido, Puga aseguró que "sería bueno que los periodistas lo oyeran, porque nos tienen hasta la coronilla de que entrevisten a nadie más que a los curas, a los obispos y las monjas", advirtiendo que se debe buscar "a los pobres que están aquí, a los que son acogidos aquí en las noches, y a toda esta gente linda que en vez de vivir para consumir vienen a servir, venga del barrio alto o donde sea, y a compartir".
"Ellos son el rostro verdadero de la Iglesia de Jesús; los rostros de la Iglesia no son los curas ni los obispos", expresó el cura jesuita.
Una de las polémicas registradas esta jornada fue la presencia del cuestionado obispo de Osorno, Juan Barros, sindicado como encubridor de los abusos sexuales del cura Fernando Karadima, en varias actividades del papa Francisco, pese a que el pontífice manifestó su "dolor y vergüenza" por abusos a niños en la Iglesia y pidiera perdón a las víctimas durante una ceremonia celebrada horas antes en La Moneda.
Consultado al respecto, Puga valoró que "el papa pidió perdón y dijo 'me duele el dolor de tantos hermanos víctimas de las contradicciones de la Iglesia' ", y sobre la presencia de Barros defendió que "el papa se equivocó no más, ¿se puede equivocar o no?", afirmando que no hablará más del tema y criticando que todas las preguntas estén dirigidas a eso.
Lamentó que se quiera -a su juicio- "reducir el mensaje de este hombre (el papa), al que el 82 por ciento de la humanidad lo considera un profeta, a estos temas", de los que de todas manera comparte "la protesta y en los que -reconoce- fuimos débiles en denunciar las situaciones de pedofilia".
"Pero la iglesia es más que eso, más que los curas que hemos sido victimarios, de los ricos de la iglesia", concluyó.