Este lunes se desarrolla la segunda jornada del tercer juicio contra el ejecutivo del Banco Central Enrique Orellana Cifuentes, acusado de abusar sexualmente y violar a sus tres hijas cuando éstas tenían tres, cuatro y nueve años.
Tras la anulación de los dos juicios anteriores, uno en que fue absuelto y otro en que recibió 60 años de cárcel como condena, este viernes se inició la tercera y definitiva instancia en la que Orellana presta testimonio.
El imputado afirmó ante el Cuarto Tribunal Oral en Lo Penal que lo que ha vivido desde hace cuatro años cuando se conocieron las denuncias ha sido un infierno tanto para él como para sus hijas.
Relató la crisis y término de su matrimonio, lo que de acuerdo con la defensa es "trascendente" pues se plantea que los testimonios de las niñas son manipulados por el círculo familiar de la madre.
Relato del acusado
"Todo este infierno que he vivido en los últimos años y mis hijas han vivido en los últimos años partió en mayo del año 2009. En ese momento decidí comenzar una nueva relación de pareja de modo tal que decidí que tenía que separarme de mi ex mujer. Siempre mi mayor preocupación fue qué iba a pasar con mis hijas. Eran mi razón de vivir mis hijas", afirmó Orellana.
"Me arrendé este departamento en la calle Catedral, pero las niñas entre agosto y diciembre de 2009 básicamente las vi los días sábados, nunca pernoctaron en mi casa y nunca conocieron el departamento de calle Catedral", aseguró.
Agregó que estaba en Europa cuando se enteró de las acusaciones: "Ahí comenzó todo este maldito infierno en el que han metido a mis hijas, les han metido una cantidad de basura en la cabeza, las han utilizado (...) he estado preso no sé cuántos meses por algo que jamás en la vida se me ha ocurrido".
"Todo este infierno maldito en que nos han metido y no puedo hacer nada. ¿Qué puedo hacer yo por mis hijas? Nada. No las puedo ver, no me puedo acercar. Díganme por qué, ¿por una persona que es capaz de dañar así a sus hijas, de inventar una mentira así?", preguntó.
"He tenido cuántas oportunidades de arrancarme. Cuando me avisaron que m estaba buscando carabineros por esto estaba en Noruega. Jamás se me pasó por la cabeza algo así porque no he hecho nada. ¿Cómo voy a arrancar de algo que no he hecho", finalizó.
Defensa expuso correos electrónicos
El abogado de la defensa Francisco Cox mostró como pruebas en favor de Orellana correos electrónicos intercambiados por el ejecutivo y dos de sus hijas en que le piden volver a casa, lo que demuestra la buena relación enre ellos, aseguró.
"(Fue) la declaración de una persona absolutamente inocente que da cuenta de cómo era su vida absolutamente normal hasta ue se va a vivir con otra mujer. Esto no solo es respaldado por su decaración sino por los propios correos electrónicos que hemos acompañado que le mandaba su priopia hija Sofía. Creemos que es claro que ha quedado acreditada su inocencia", afirmó Cox.
Esto fue rebatido por el querellante Fernando Monsalve: "Es la misma historia aprendida, memorizada y repetida constantemente en los tres juicios y en todas las declaraciones que ha dado. (Es) la teoría del caso de la defensa que ha utilizado no solo en este juicio sino en todos los juicios que se preocupa de defender casos de abusos sexuales y violaciones en que ese estudio jurídico siempre ocupa la misma estrategia".
El Ministerio Público pide una pena de cadena perpetua calificada contra Orellana.