Tironi y el 18-O: La lectura insurreccional fue minoritaria, equivocada y dañina

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| Periodista Digital: Cooperativa.cl

Según el sociólogo, "sectores que mitologizaron la postura comunista ante la transición" vieron aquella crisis como "un revival de la posibilidad de revisar los cimientos del modelo", renuncia de Piñera y asamblea constituyente mediante.

Cinco años después, "hemos aprendido que los cambios (positivos) son graduales, sin violencia", dijo a El Diario de Cooperativa.

En su opinión, la principal demanda de la época fue una mayor protección estatal frente a las "miserias inevitables de la vida", como las que acaecen en la vejez.

Si hoy la mayoría de los chilenos reniega del hito es porque "no nos gusta sumarnos al rebaño de los derrotados, y claramente el estallido fue una derrota", sentenció.

Tironi y el 18-O: La lectura insurreccional fue minoritaria, equivocada y dañina
 ATON (archivo)

El escritor apuntó que la "altanería, la soberbia, el paternalismo hiriente de la tecnoaristocracia" de la administración Piñera también tuvo un rol gatillante en la explosión ciudadana de 2019.

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El sociólogo Eugenio Tironi aseveró en Cooperativa que quienes interpretaron el estallido social de 2019 como un camino "insurreccional" para reformar el sistema, incurrieron en una lectura "enormemente equivocada y dañina" de las demandas.

Para empezar, el también analista político apuntó en El Diario de Cooperativa que, a cinco años de las protestas, "estamos peor, porque se ve que la crisis institucional sigue viva, pese a que no estamos conversando sobre la nueva Constitución, pero no sería raro que el tema se reponga después de lo que hemos vivido en las últimas horas", aludiendo a la denuncia contra el exsubsecretario Manuel Monsalve.

"Obviamente hemos tenido una economía anémica, recuperándose con muchos costos para las familias. Hemos tenido un desborde de la violencia, particularmente post-pandemia, que fue también un periodo súper doloroso, y no le hemos encontrado una salida todavía a la enorme crisis que dejó de manifiesto el estallido, con todo el sacrificio que este implicó para las personas, para lograr hacerse oír frente a una élite que juzgaba, indolente y ensimismada, y que en los últimos años no han hecho más que confirmar esa apreciación", advirtió.

No obstante, "mirando la parte llena del vaso, es que hemos conseguido hacer toda esta 'terapia' en paz, a través de las instituciones, aunque a veces se corriera un poquito sus límites, y yo creo que hemos aprendido -lo que reflejan un poco estudios recientes del PNUD y de Cadem- que los cambios son graduales y sin violencia".

En ese sentido, planteó que "hubo una lectura que fue muy minoritaria, que estuvo muy radicada en ciertos sectores que han mitologizado lo que fue la postura comunista ante la transición, que habrían preferido una vía insurreccional antes que una vía pacífica, como fue la que se implementó, y que vieron el estallido social como un revival de esa posibilidad: una renuncia del Presidente, asamblea popular constituyente, y una revisión desde los cimientos del modelo. Creo que esa fue una lectura enormemente equivocada y dañina, porque las demandas eran muy variadas y diversas".

"Tienen que ver fundamentalmente con una demanda de seguridad ante la vejez, ante la enfermedad, ante el desempleo, y ante la delincuencia, que comenzaba a ser un factor importante (en la época); esa es una seguridad que la población pedía que la brindara el Estado, que reforzara la red de protección ante los imponderables y las miserias inevitables de la vida, y esa demanda no fue respondida", insistió el académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica.

"EL ESTALLIDO FUE UNA DERROTA"

Por otro lado, Tironi utilizó una analogía para explicar el declive en el apoyo a la manifestación de la época, según las últimas encuestas: "Cuando alguien pierde una elección, parece que nadie hubiese votado por esa persona. O sea, no nos gusta sumarnos al rebaño de los derrotados, y claramente el estallido fue una derrota".

"Aún así, por lo menos lo que se ve en la Cadem es que la mayoría de las personas declara haber participado y que las causas del estallido fueron justas, que respondieron no a un pequeño grupo delictual, sino que a necesidades insatisfechas. O sea, diría que las brasas del estallido siguen prendidas, y negar eso es realmente cerrar los ojos", enfatizó.

La misma encuesta indica que "las personas siguen recordando aquellas frases de antiguos ministros" del segundo gobierno de Sebastián Piñera, días antes de que se desataran las protestas, "que hablaban de comprar flores, de hacer vida social en las colas (del consultorio), de levantarse más temprano, de hacer bingos, de que este era un oasis".

Ello demuestra -para el ensayista- que en esa administración "hubo una altanería, una soberbia, un paternalismo de una suerte de tecnoaristocracia que miraba al país como desde arriba, que fue muy hiriente para una población que exigía ser tratada como adulta, que sentía que había conquistado un nivel de igualdad, y que no merecía ese tipo de trato".

Dicho esto, aseveró que eslóganes del estallido, como "Chile despertó" o "Chile será la tumba del neoliberalismo", resultaron ser "absolutamente falsos", por cuanto "la nueva izquierda en particular reniega de eso, y comienza a apreciar -sobre todo estando en el Gobierno- el valor que tuvo la Concertación en la transición".

SALIDA DE MONSALVE RESPONDE A "CAMBIOS CULTURALES"

En cuanto a la renuncia de Monsalve al Gobierno tras ser acusado de violación, el sociólogo estimó que "lo que pasa con este caso es de las cosas positivas que dejan los cambios culturales, en los cuales estuvo inserto el estallido".

La denuncia surge cuando la sociedad "no soporta situaciones de acoso o de abuso, que no está dispuesta a que (los implicados) sean protegidos en función de una lógica de poder, ni acepta que el poder sea utilizado como vehículo, y como tapadera de situaciones de abuso, y que exige cuidado, pero también transparencia en este tipo de materias", observó.

Por lo anterior, cree que el silencio de dos días de La Moneda "se va a tener que explicar (...) lo importante es que se explique bien lo que sucedió, hora a hora, minuto a minuto; si es que hubo normas de cuidado y de protección de la vida y de la salud mental de otras personas, que se explique bien, pero yo me quedo con que las medidas adoptadas, tanto por el Gobierno como por el exsubsecretario y el Partido Socialista, son las correctas. Es lo que se debe hacer en una sociedad como la de hoy".

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