El presidente del Tribunal Constitucional (TC), Iván Aróstica, defendió la continuidad del organismo ante las críticas que se han realizado tras la resolución que permitió el lucro en la educación superior, afirmando que "el poder tiene que cuidarse del poder".
Estas declaraciones se dieron en el marco de la cuenta pública del Tribunal Constitucional, ocasión en que también detalló que durante 2017 se realizaron 24 controles obligatorios de constitucionalidad, 150 artículos, de los que solamente nueve fueron declarados inconstitucionales.
Aróstica aseguró que "por muy mayoritaria que sea una ley, jamás debiera ser usada en una sociedad democrática como arma de dominio u opresión de unos contra otros".
"El poder tiene que cuidarse del poder, las democracias más evolucionadas del mundo lo saben y a eso, a la necesidad de contrapesar el poder del poder circunstancial responde el surgimiento de los tribunales constitucionales de corte antitotalitario", agregó.
El presidente del TC añadió que "el Tribunal Constitucional, y lo digo desde mi convicción más profunda, no es factor de inmovilismo de nuestra democracia, al contrario, es un agente de perfeccionamiento de nuestro sistema político e institucional y es también una garantía para que nuestros desarrollos y conquistas se asienten sobe bases sólidas, perdurables, pluralistas y siempre ajustadas a derecho".
Aróstica remarcó que el TC chileno es el más antiguo de América y que es una forma de control tendiente a salvaguardar los derechos de las personas y que las leyes que hoy representan a las mayorías, no necesariamente lo harán en el futuro.
"Soy de los que cree que se trata de un mecanismo de resguardo permanente que favorece a toda la comunidad política, incluso a quienes en el presente lo cuestionan o rechazan, las mayorías legislativas no duran para siempre, las normas que interpretan a la mayoría de hoy no necesariamente la seguirán interpretando mañana", añadió Aróstica.
Abbott: Continúan diligencias por agresión a ministro del TC
En primera fila escuchando al ministro Aróstica estaba el fiscal nacional Jorge Abbott, a quien le recordó que hay una querella del Ministerio del Interior tras la agresión sufrida por el ministro Domingo Hernández cuando se discutía la ley de aborto y que hay diligencias pendientes.
Abbott dijo que se está trabajando en el caso y recordó que los fiscales también sufren el mismo pesar.
"Se están realizando diligencias de investigación, estas son situaciones que ocurren con cierta frecuencia (agresiones) y le ocurren a nuestros fiscales. Las situaciones más graves las hemos vivido, recordarán ustedes, en La Araucanía donde han sido objeto de agresiones físicas dentro del propio recinto del tribunal. Esto nos parece inaceptable y compartimos con el presidente del Tribunal Constitucional que son conductas que deben investigarse y castigarse", sostuvo.
Aróstica además criticó la forma en que se nombran a los ministros del TC y dijo que podría ser vía Alta Dirección Pública, recordando que desde el año pasado duerme en la comisión de Constitución del Senado la nómina con siete ministros para nombrar a los de reemplazo, requerimiento que compartió el ministro secretario general de la Presidencia, Gonzalo Blumel, también presente en la cuenta pública del TC.
"Contar con una justicia constitucional en una democracia republicana como la nuestra es valioso, ese es un principio que siempre hay que preservar y lo segundo, tenemos un programa de gobierno en esa materia, planteamos algunas modernizaciones y esa es la base sobre la que vamos a actuar", manifestó el secretario de Estado.
"El oficio fue enviado hace un año para nombrar a los ministros suplentes y hemos estado hablando con el Senado para poder agilizar la tramitación y despejarlo porque la demora ha sido un poquito extensa", añadió Blumel.
Pero no solo faltan los ministros suplentes, pues actualmente solo hay nueve de los 10 ministros titulares en ejercicio, pues falta el nombramiento por parte del Ejecutivo del cupo que dejó el saliente ministro Carlos Carmona, nombramiento que no tiene fecha ni plazo para ser ejecutado.