Con arraigo nacional quedó Francisca Ceroni, la joven de 21 años que acompañó en Perú a Ramón Castillo, alías "Antares de la luz", líder de la secta de Colliguay, cuyos miembros son acusados de asesinar a un lactante de tres días.
Ceroni fue formalizada este viernes por el cuasidelito de homicidio calificado en calidad de encubridora y deberá cumplir con dicha cautelar los seis meses que restan de investigación.
Juan Emilio Gatica, fiscal de Quilpué, dijo que en la historia del grupo Ceroni "aparece en forma esporádica y una vez al año, dos veces al año, se junta con ellos (los miembros de la secta)" y que en diciembre fue llamada "por Castillo para estos ritos del fin del mundo del 21 de diciembre".
Gatica enfatizó que la mujer no era un "miembro activo" de la secta y que no pertenece al círculo que rodeaba a "Antares" durante el tiempo que funcionó la secta, pero que ingresaba a la comunidad o participaba de algunas actividades.
Una relación sentimental
El abogado de la mujer, Gonzalo Lobos, señaló que "Francisca está completamente arrepentida de esta situación", lo que quedará demostrado en la investigación, y agregó que en "esta situación de agrupaciones religiosas de estas características, la gente después que se da cuenta de lo que ocurre, (ahí) realmente toman noción en lo que estaban, antes no y eso fue lo que pasó con Francisca".
"El ("Antares") se va de Chile por el aeropuerto y, dos días más tarde, ella se va en bus a Perú y se encuentran en Perú (...) Ellos tenían, más bien, una relación sentimental, esa es la verdad", afirmó.
Ceroni fue una de las últimas personas que vio con vida a Ramón Castillo, quien se quitó la vida en una casona abandonada en Perú en el momento en que era intensamente buscado por la PDI.