Todo comenzó con un trámite algo común en un cementerio. La familia debía reducir en el Cementerio Parroquial de Limache los restos de Sabina Alarcón, una mujer que falleció a los 69 años en 1994.
Sin embargo, la sorpresa que se llevaron al cavar rápidamente se extendió por toda la ciudad y, claro, por todo el país.
En lugar del ataud de la mujer, la familia y los encargados de realizar esta reducción hallaron una tumba hecha con latas que, en su interior, tenía una especie de muñeco que alguien formó con distintas ropas.
Este domingo su familia contó a Cooperativa qué fue lo que encontraron. Verónica Luque, esposa del nieto de Sabina, relató que "lo normal es a un metro 30, pero este estaba enterrado a 70 centímeros y era un ataud de lata y dentro de él se encontraba un cuerpo de ropa".
"Le habían comprado un cajón de lo más caro a la abuela, entonce yo decía si se quieren robar el cajón, obviamente los huesos hubieran estado ahí. Al revés, si se quieren llevar el hueso, a la abuela y el cajón, para qué hacer un muerto de ropa", agregó.
"Era como un 'mono Judas', habían formado una cabeza con un almohadón, una polera llena de ropa y los pantalones llenos de ropa y los zapatos", relató Verónica a El Diario de Cooperativa.
La mujer contó que lo que estaba allí dentro "era igual que un monito Judas. Había desaparecido el cajón y los huesos de la abuela que estaba enterrada ahí".
"Había ropa de guagua, ropa de hombre, ropa de lana, había trapos. Cosas que no correspondía a lo que debía estar enterrado ahí", continuó Verónica Luque.
La Iglesia solicitó cavar más profundo y a dos metros y medio se encontraron con huesos que pertenecerían a Noé Apablaza, esposo de la mujer, que estaba en la misma sepultura.
Frente a las dudas surgidas, se realizarán pruebas de ADN para saber a quién pertenecen esos restos.
La denuncia la tiene la brigada de investigación criminal de la PDI, mientras que les pasaron un nicho temporal en la Iglesia.
En tanto el Ministerio Público el que deberá decidir si es que emite o no una orden de investigar porque legalmente no es un delito enterrar un muñeco y el hecho podría tipificarse como robo o hurto.
Sabina Alarcón era una persona muy conocida en la ciudad al ser una de las fundadoras de la Iglesia Evengélica del sector de Limachito.