La viuda de Ronald Ojeda, exmilitar venezolano refugiado en Chile que fue secuestrado y asesinado a fines de febrero, aseguró que no ha tenido contacto con el Gobierno desde que se descubrieron sus restos en una toma de Maipú.
En entrevista con CNN Chile, la mujer -cuya identidad permanece protegida- admitió que "ninguna autoridad del Gobierno se ha comunicado conmigo", mientras que el Municipio de Independencia, donde Ojeda tenía domicilio, le propuso apoyar con el entierro, "pero lo que me estaban ofreciendo no era algo digno, entonces no lo acepté y por eso es que se pidió ayuda económica para lograr costear algunos gastos".
Consultada sobre la réplica del Presidente Gabriel Boric, quien fue criticado desde la oposición por demorarse en hablar de esta causa en público, la afectada consideró que en un principio "no le convenía dar ninguna declaración".
"Prefirió mantener silencio para evitar decir cosas que no fueran acordes a la realidad. Pienso que lo hizo por eso. Pero como dije, no he recibido ningún tipo de llamada de estas personas. Y quizás en algún momento lo hagan", añadió.
En ese sentido, dijo que sería positivo un acercamiento del Ejecutivo, porque este crimen "no me afecta solamente a mí, sino que también afecta a su país. Lamentablemente este crimen puede manchar el nombre de su país, y la idea es que todos vayamos en la misma línea, que se sepa la verdad".
En contraste con el Gobierno, aseveró que la PDI y Fiscalía "han intentado mantener una buena relación conmigo (...) nunca ha habido un maltrato, nunca ha habido una mala palabra. Siempre han estado allí intentando decir lo poco que están autorizados, porque realmente no se puede hablar de la investigación porque está reservada. Yo sé lo que saben los medios".
"CRIMEN DE LESA HUMANIDAD TRANSNACIONAL"
Por otro lado, la viuda de Ojeda se mostró convencida de que el régimen venezolano está detrás del crimen del exmilitar, y afirma que lo supo desde que los secuestradores -vestidos como detectives- irrumpieron en su departamento, pues "no había nadie más que pudiera hacer algo así".
En primer lugar, "sabía que no eran PDI porque nosotros nunca hemos cometido un delito en Chile. Estamos legales en Chile, aparte de que somos refugiados. Nuestro refugio fue aprobado en noviembre del año pasado, entonces siempre hemos mantenido todo en regla".
Por lo demás, al escuchar "el acento venezolano cuando (uno de ellos) me dice 'cállate', yo sabía de una vez, ahí se delataron, su intención era no hablar. Pero como yo grité tanto, la persona tuvo que hablar. Porque ellos no dijeron ni una sola palabra más, solamente esa".
"Hay personas que quizás viven en un mundo paralelo y creen que los buenos son malos y los malos son buenos, pero la verdad es que uno tiene que ser realista. Aquí hubo un crimen de lesa humanidad transnacional", sentenció la víctima.
Ante la gravedad de los hechos, reconoció sentirse insegura en Chile, de manera que "lo más probable es que más adelante yo tenga que salir del país. No es algo que tengo planificado, pero es algo que está en mis pensamientos. Lamentablemente no estoy segura. Y quizás sea lo más correcto".