El presidente de RN, Rodrigo Galilea, prevé que la propuesta de nueva Constitución se aprobará en el plebiscito de salida del 17 de diciembre, imponiéndose "una mirada de futuro", y relevó que el texto permite modificaciones si así lo llega a requerir una mayoría sustancial.
El senador apuntó en El Diario de Cooperativa que el voto En Contra de otros militantes de derecha no influirá en la opinión de la ciudadanía: "Por optimismo hacia el futuro, de estabilidad, se debiera dar el paso de decir 'hasta aquí llegó la discusión constitucional, partamos con una Constitución nueva que es perfectamente democrática, que el día mañana se puede modificar en cualquier artículo, que tiene todas las normas que se necesitan'".
"Se apruebe con el porcentaje que se apruebe, lo que va a ocurrir es que se va a imponer, y todos se van a dar cuenta, más allá de las caricaturas que se tratan de hacer, de que esta es una Constitución 100% democrática, que se puede modificar", destacó.
"INVENTOS" EN EL EN CONTRA
- Sergio Campos: Hice un barrido de las opiniones a favor y en contra de la Constitución que vamos a votar, y me encontré con varias críticas: por ejemplo, que hay limitación de derechos; que el Estado se retira de la función que tenía hasta ahora; las normas pro empresariales; la privatización de recursos como el agua; la consagración de los sistemas de privados en salud y previsión social, reducción de las libertades a cambio de más normas de seguridad, en fin. ¿Cómo responde usted a esa situación?
Lo primero que a me gusta decir respecto de este proceso es que todas y cada una de las normas que están en la propuesta constitucional se enmarcan perfectamente dentro de los bordes que todos los partidos políticos nos dimos para este segundo proceso. De hecho, están tan dentro de los bordes que no se produjo ningún reclamo durante todo el proceso, ni en la instancia a los expertos ni en la del Consejo Constitucional, respecto de estos árbitros que se habían designado por si se producía alguna controversia. Es decir, está todo dentro de los marcos que los propios partidos políticos nos pusimos, cosa de no cometer los errores del proceso anterior.
En segundo lugar, todas estas cosas que se dicen, de que el Estado se retira, a mí me parece que son completos inventos. Si uno lee los textos, lo que esta propuesta de Constitución hace es exactamente todo lo contrario. Es una Constitución habilitante, que en vez de cerrar puertas, las abre; dice que el Estado tiene el deber preferente de tener una red de salud pública, pero además pueden ser prestados servicios de salud por privados. Simplemente ocupemos todas las potencialidades que tiene Chile.
En el tema del agua no hay ningún cambio de lo que hoy dice la Constitución y el nuevo Código de Aguas que aprobamos unánimemente en el Congreso hace menos de un año. Entonces se empiezan a generar caricaturas que no le hacen bien a nadie.
VOTAR A FAVOR POR "OPTIMISMO"
- Verónica Franco: ¿Cómo se entiende que dentro de su sector en la derecha haya parlamentarios que están en el En Contra? De ellos, dos senadores vinculados a su partido -Alejandro Kusanovic y Juan Castro- y el diputado Leonidas Romero.
Ahí hay un razonamiento que es completamente distinto. que por supuesto ni yo ni el partido compartimos, y yo espero que alcancen a reflexionar más y que eso los haga cambiar de posición. El razonamiento de ellos no tiene que ver con contenidos, hasta donde yo he podido conversar con ellos, sino que simplemente dicen que "nunca hemos querido un proceso constitucional, ni el primero, ni el segundo, ni el tercero, ni el cuarto ni el quinto, porque Chile nunca necesitó de una Constitución para resolver los problemas que tiene, y por lo tanto, yo no me voy a subir a ningún proceso constituyente".
- Verónica Franco: ¿Y cuánto daño cree usted que puede hacerle al A Favor la postura de estos parlamentarios de derecha?
Eso es jugar a la ciencia-ficción; no creo que pase por ellos esta decisión de las personas. Yo creo que finalmente se van a imponer dos cosas: una es una mirada de futuro. Mi gran punto en este proceso es que, estando todos dentro de los marcos que nos pusimos, rechazar significa nada. Es decir que sigamos con un problema que, por más que ahora digan (en la centroizquierda) que no vamos a insistir en un tercer proceso, todos sabemos que esto va a seguir como una cuestión latente, subyacente por el origen de la Constitución.
Creo que Chile, particularmente en este momento, por optimismo hacia el futuro, de estabilidad, debiera dar el paso de decir "hasta aquí llegó la discusión constitucional, partamos con una Constitución nueva que es perfectamente democrática, que el día mañana se puede modificar en cualquier artículo, que tiene todas las normas que se necesitan". Miremos para adelante y dejemos de mirar las peleas que nos tienen entrampados hace 40 años. Ese razonamiento es la gran invitación a los chilenos, a decir "miremos para adelante y dejemos de estar entrampados eternamente en las mismas cosas".
Lo segundo es que más allá de que la Constitución trae mejoras relevantes -en Defensoría de las Víctimas, en establecer la sala cuna universal, en establecer constitucionalmente la existencia de los pueblos indígenas y la igualdad de acceso a los cargos públicos de las mujeres-, hay una mejora importantísima en el sector político que a mí me gustaría destacar, que es esta regla del 5%, que evita que nos llenemos de partidos chicos, atomizados, que impiden lograr acuerdos en el Congreso (...) y si usted la metiera por una reforma a la actual Constitución, sería imposible que se apruebe. Esas son las cosas que hacen la diferencia, y que debieran hacer que ojalá la ciudadanía apruebe esta propuesta.
TEXTO MODIFICABLE
- Rodrigo Vergara: ¿Cuál es su aspiración? ¿El 62% del Rechazo del año pasado o difícil llegar a tanto? Usted sabe que si es muy apretado va a seguir abierto eventualmente.
Mi aspiración es que se apruebe. Se apruebe con el porcentaje que se apruebe, lo que va a ocurrir es que se va a imponer, y todos se van a dar cuenta, más allá de las caricaturas que se tratan de hacer, de que esta es una Constitución 100% democrática, que se puede modificar, se puede hacer lo que en cualquier democracia se hace con una Constitución. Si es que en un momento determinado hay una razonable mayoría para alterar esto, alterar lo otro, cambiar esta regla, siempre se puede hacer.
Piense usted que estamos desde 1980 con una Constitución que que no le gustaba la mayoría. Ahora entraríamos en una nueva etapa y por eso yo me atrevo a invitar a dar un paso de futuro y no seguir mirando el pasado en este país.
- Rodrigo Vergara: ¿Se equivocó la alcaldesa (Evelyn) Matthei cuando empezó a presidencializar el debate? Yo sé que ella está en el A Favor, pero en su momento dijo que esto era un programa para José Antonio Kast.
Esa frase que dijo la alcaldesa Matthei fue en un momento determinado, y ella tenía una preocupación que es de todos: a todos nos hubiera gustado una aprobación prácticamente unánime de los expertos y de los consejeros constitucionales. Eso no se dio, pero se hicieron grandes esfuerzos en este sentido, y en un determinado momento, ciertos sectores políticos simplemente se automarginaron del proceso.
Ustedes habrán escuchado la esta discusión de si la Constitución decía que "debe proteger la vida de quién está por nacer" o "el que está por nacer" (...) Este tema lo revisamos en Renovación Nacional: yo mismo me junté con nuestros expertos y consejeros y les dijimos "esto es relevante, démosles el punto", y en el Comité de Expertos presentamos la enmienda que modificaba "quien" por "el que" para que no hubiera ninguna duda. A nuestro juicio, no se no se ponía en riesgo la ley de aborto en tres causales, pero aún así para tranquilidad del PS, del PC y el Frente Amplio, nosotros mismos presentamos la enmienda. Y todos ellos votaron en contra de esa modificación, y así ocurrió con muchas otras cosas.
Es como que de repente se les cayó el lápiz y no quisieron seguir trabajando en este en este esfuerzo constitucional. Por eso, vuelvo a decir: más allá de estas discusiones que son casi anecdóticas al final, para mí lo relevante es que de una vez por todas, Chile sea capaz de dar el paso, mirar al futuro con un texto que es razonable, que cumple con todos los parámetros democráticos en cualquier parte del mundo, y con el que se puede construir con optimismo lo que viene en el futuro.