Durante su discurso por los 50 años desde el golpe de Estado, el Presidente Gabriel Boric se tomó unos minutos para enumerar "aprendizajes y reflexiones" acumulados en las últimas décadas dentro de la centroizquierda chilena.
"En esta conmemoración, también me atrevo a reforzar el aprendizaje y la reflexión de las fuerzas progresistas y de izquierda sobre nuestros propios procesos", comenzó el Mandatario en el acto oficial de La Moneda.
En primer lugar, subrayó que "la democracia es el único camino para avanzar hacia una sociedad más justa y humana, y es, por lo tanto, un fin en sí mismo, no meramente instrumental, y la violencia política no cabe dentro de ella".
Por lo mismo, agregó que "los cambios estructurales a los que aspiramos deben ser respaldados por amplias mayorías, y es nuestra labor convencer, hacer parte de esos procesos a esas amplias mayorías, y no culparlas de nuestros propios fracasos".
Aludiendo a quienes conformaron el gobierno antes de que él asumiera el cargo, el Presidente recalcó que "ni el mundo ni un país parten nunca de cero; somos siempre herederos de lo que construyeron nuestros antecesores, y debemos ser capaces de aprender de sus luces y de sus sombras".
Finalmente, Boric aseveró que "la unidad de las fuerzas progresistas es más importante que la tentación de la permanente división identitaria", y que sin importar "el color del régimen que viole los derechos humanos -sea rojo, azul o negro-, estos deben ser respetados siempre, y su vulneración condenada sin matiz alguno".
