Hasta la Plaza de Armas de Coyhaique llegaron este jueves Soledad Toro y su perrita guía Frida. Ambas iniciaron la cruzada de recorrer en bicicleta gran parte de la Carretera Austral para concientizar sobre la necesidad de contar con un turismo inclusivo.
El viaje de esta mujer no vidente comenzó el pasado 3 de febrero en la ciudad de Puerto Montt, Región de Los Lagos, y ayer llegó a su destino en la capital de la Región de Aysén.
Soledad explicó que su viaje ha sido intenso, pero que le ha servido para conocer cómo están sus compañeros con discapacidad visual y sus familias "y también ir descubriendo cómo está la accesibilidad. Ha sido una tremenda experiencia llegar hasta acá".
Son casi 700 kilómetros los que recorrieron Soledad y Frida. Esta última realizó el trayecto a bordo de un carro especial que obligó a su dueña a transportar cerca de 80 kilos durante todo el viaje.
La travesía de Soledad se denomina "Ruta sin barreras" y contempló más de 20 días de viaje, bajo la lluvia, viento y clima adverso de la Patagonia.
Al llegar a Coyhaique Soledad y su acompañante canina fueron recibidas por la Agrupación de Ciegos de la Patagonia (Acipa), organismo que destacó el esfuerzo realizado para obtener como conclusión que Aysén y sus hermosos parajes no son aptos para las personas que cuentan con alguna discapacidad.
Cristina Barrientos, presidenta de la organización, señaló que es importante hablar de la discapacidad "porque no es solamente para las personas con discapacidad y eso es lo que hay que entender. La accesibilidad es para todos: niños, personas mayores, mujeres embarazadas".
Agregó que apoyaron a Soledad en su viaje para que pudiese "contarnos y decirnos que nuestro territorio no es accesible y es un trabajo por hacer".