La Corte de Apelaciones de Concepción, en la Región del Biobío, acogió a trámite un recurso de protección presentado por los padres de Javiera Mansilla, joven de 17 años a quien se le suspendió el suministro del fármaco que requiere para tratar el Síndrome Hemolítico Urémico Atípico (SHUa) que padece.
El fallo dictó una orden de no innovar, por lo que el Hospital Las Higueras, el Fondo Nacional de Salud (Fonasa), el Servicio de Salud de Talcahuano y el Ministerio de Salud quedan obligados a gestionar la adquisición del medicamento Eculizumab o Soliris para que sea administrado a la menor en las dosis que indique su médico tratante.
Javiera ingresó el 1 de junio pasado al Hospital Las Higueras de Talcahuano, recinto en el que fue tratada con el fármaco, debido a que estaba en riesgo vital y a punto de sufrir daño renal crónico. No obstante, la medicación fue suspendida tras la sexta dosis, pese a que se recetó por dos años.
Una vez que se le diagnosticó el SHUa, la familia de Javiera Mansilla inició una campaña para solventar los gastos del denominado medicamento "más caro del mundo", ya que el tratamiento tiene un valor de siete millones de pesos cada dosis, y se requiere una cada semana.
Este fallo ocurre 24 horas después de dictaminada una sentencia similar contra los mismos organismos públicos, en que el tribunal de alzada penquista obliga a suministrar Spinraza, fármaco que cuesta 500 millones de pesos el primer año, y 250 millones los siguientes, a un menor de tres años que sufre de atrofia muscular espinal.