Informe de la Unesco reveló que el 40 por ciento de la población mundial no tiene acceso a la educación en una lengua que hable o entienda, lo que perjudica el aprendizaje de los estudiantes, en especial de quienes cuentan con menos recursos.
En algunas sociedades multiétnicas se ha impuesto con frecuencia una lengua para la educación, a veces por necesidad, como el español en numerosos países de Latinoamérica, el inglés o francés en muchos Estados africanos o el farsi en Irán, señaló la organización.
Ese estudio del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM), elaborado por un equipo independiente y publicado por la Unesco, apunta que esto dificulta el progreso de los alumnos que no hablan en sus comunidades el idioma que se imparte en la escuela, y crea desigualdades respecto a los que sí lo practican.
A modo de ejemplo, ese documento, titulado "Si no entiendes, ¿cómo puedes aprender?", refleja que el 94 por ciento de los alumnos de sexto curso en Honduras que hablan en sus hogares la lengua del colegio había adquirido las habilidades básicas de lectura, frente al 62 por ciento de los indígenas.
Por ello, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, instó a "alentar el pleno respeto hacia el uso de la lengua materna en la enseñanza", lo que no solo mejorará el aprendizaje sino que también promoverá la "tolerancia, la cohesión social y la paz".
Sin embargo, para evitar la marginación que, según la Unesco, podría generar la educación en lenguas locales minoritarias, la organización apostó por la educación bilingüe, lo que ha mejorado las calificaciones escolares y reducido el abandono escolar en países como Guatemala y Etiopía.
Por esta razón, el organismo pidió que se prepare a los docentes para que enseñen en dos idiomas y entiendan las necesidades de los alumnos que están aprendiendo en una segunda lengua.
La Unesco señaló las carencias de algunas naciones en ese sentido, como Senegal, donde solo el 8 por ciento de los profesores se sienten con confianza para dar clase en las lenguas locales, y Mali, donde el porcentaje desciende 2 por ciento.
Además, recomendó que estas políticas se prolonguen en el recorrido educativo del alumno, ya que se requieren al menos seis años de enseñanza en lengua materna para reducir las disparidades en el aprendizaje que afectan a los hablantes de lenguas minoritarias.