El ministro de Relaciones Exteriores, Alberto Van Klaveren, participó este sábado en el evento internacional "Inmersos en el Cambio", una conferencia que aboga por el cuidado y la regulación de los sistemas marinos celebrada durante dos días en Costa Rica.
En la instancia -que coincide con el Día Mundial de Los Océanos-, el canciller lideró un encuentro donde habló sobre la postulación de Valparaíso para ser sede de la Secretaría del Tratado para la Conservación de la Biodiversidad más allá de las áreas de Jurisdicción Nacional (BBNJ, por sus siglas en inglés).
Dicho tratado fue firmado en 2023 por Chile y busca establecer un marco de protección y uso sostenible de la biodiversidad en alta mar, donde el país anteriormente ya había oficializado a Valparaíso, teniendo en cuenta su larga historia y tradición vinculada al mar.
SOBRE LA CONFERENCIA
El ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica, Franz Tattenbach, dijo este sábado al cierre del evento de dos días que la declaración "recoge algunos esfuerzos para marcar la agenda futura para la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano de 2025 (UNOC2025)", que se llevará a cabo en Niza, Francia.
La declaración, que es pública pero cuyos signatarios aún no han sido oficializados, subraya "el papel crucial del océano global" para la supervivencia de las personas y la naturaleza.
En el evento en Costa Rica participaron cerca de 50 representantes gubernamentales, la mayoría ministros o viceministros de Ambiente o Relaciones Exteriores, además de científicos, académicos, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales.
NO MINAR EL FONDO MARINO SIN REGULACIONES Y APOYO A LA CIENCIA
Uno de los temas que Costa Rica impulsó durante el evento es el de una moratoria a la minería en el fondo marino hasta que haya estudios científicos que garanticen que la actividad es segura.
"Participar activamente en las negociaciones en la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos para el desarrollo de normas, regulaciones y procedimientos, guiados por el principio de precaución o enfoque de precaución, con el entendido de que la explotación no iniciará en ausencia de normas, regulaciones y procedimientos, y de la información científica necesaria, que permita comprender el impacto ambiental", expresa la declaración.
Asimismo, la declaración resalta la importancia de la ciencia para abordar los retos actuales y futuros en los océanos.
"Estamos comprometidos a ampliar las acciones transformadoras del océano, para apoyar economías positivas para la naturaleza basadas en la mejor ciencia e información científica disponibles, el conocimiento tradicional y la innovación", señala el texto.
La declaración también insta a promover la investigación, la colaboración y la comunicación de conocimientos científicos a los encargados de formular políticas, actores del sector privado y la sociedad civil para generar y compartir información científica ambiental, biológica y ecológica para la toma de decisiones.
El texto además expresa la preocupación por los efectos adversos actuales y previstos del cambio climático en el medio marino y la biodiversidad, y destacando la urgencia de abordarlos y de comprender la conexión entre las actividades humanas y la salud del océano.
"Promover una transformación efectiva hacia una economía azul sostenible y soluciones basadas en la naturaleza, y enfoques basados en ecosistemas y otros de gestión y conservación; reiterando nuestro compromiso de detener y revertir la pérdida de biodiversidad a nivel mundial y apoyar los esfuerzos para frenar el deterioro de la salud de los ecosistemas oceánicos", añade.