Con nuevo libro, vuelve reportero que socavó credibilidad de The New York Times

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Autor: Cooperativa.cl

Las memorias de Jayson Blair, en las que admite y trata de explicar sus plagios y falsedades, saldrán a la venta este sábado en Estados Unidos.

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Jayson Blair, el periodista que arruinó su carrera y socavó la reputación del diario de The New York Times, vuelve ahora a los titulares gracias a la publicación de un libro en el que admite y trata de explicar todos sus plagios y falsedades. El ex reportero relató sus engaños, su adicción a las drogas y el abuso del alcohol en unas memorias tituladas "Burning Down My Master's House" ("Quemando la casa de mi amo"), que saldrán a la venta el próximo sábado.

 

La empresa editorial New Millenium Press, que pagó medio millón de dólares al periodista de 27 años, puso ya en marcha su maquinaria de promoción para lograr que el libro se convierta en un éxito de ventas.

 

Según los comentaristas, la suma pagada por el libro no está nada mal para un periodista que durante años mintió a los millones de lectores de The New York Times y dañó la credibilidad del diario con un escándalo que llevó a la dimisión de sus directores, Howell Raines y Gerald Boyd.

 

La estrategia de Blair para recuperar la simpatía de los lectores ha sido entonar el "mea culpa", y ya tiene previsto durante los próximos días entrevistas con todos los grandes canales de televisión de Estados Unidos para explicar las artimañas que hicieron tambalear las bases del periodismo.

 

La primera entrevista en exclusiva será el próximo 5 de marzo en el programa "Dateline", de la cadena de televisión MSNBC, que además ofrecerá un espacio con expertos de la industria y especialistas en medios de comunicación que analizarán cómo Blair logró recuperarse de un escándalo de esta dimensión.

 

La mayoría de los diarios en Estados Unidos han publicado extractos del libro, entre ellos el propio The New York Times, cuyos directivos mostraron su malestar porque, a pesar de que Blair reconoce haber mentido, dicen que echa la culpa falsamente de sus actuaciones a los demás y a las circunstancias.

 

Así lo manifestó el director ejecutivo del diario neoyorquino, Bill Keller, quien, según el periódico "US Today, envió un memorándum a sus empleados diciendo que prestaran la menor atención posible a la publicación.

 

El director de New Millenium Press, Michael Viner, respondió que los comentarios de Keller son el principio de una "campaña de calumnias contra Blair y su libro".

 

Las polémicas siempre venden y nada podría ayudar más a la venta del libro que una confrontación entre el periodista y el diario.

 

El caso de Blair saltó a la luz en abril de 2003, cuando los directivos de The New York Times descubrieron que muchas de sus informaciones eran simplemente producto de su imaginación, lo que condujo a publicar todas las falsedades en un artículo de cinco páginas.

 

El escándalo, que forzó la dimisión de Blair, generó un debate sobre la ética periodística y el libro promete ahora crear otro, ya que algunos críticos se preguntan cómo se puede recompensar una falta profesional tan grave con un contrato tan suculento.

 

Blair admite en el libro -de unas 300 páginas- que no sólo se inventaba las historias, sino que cuando se sentaba a escribirlas lo hacía bajo los efectos del alcohol y la cocaína.

 

"Mentía y mentía, y después mentía un poco más. Mentía acerca de donde había estado, de dónde había encontrado la información, y acerca de cómo había escrito cada historia", escribe.

 

El caso de Blair no sólo afectó a The New York Times, sino que también perjudicó a la Universidad de Maryland, donde estudió entre 1995 y 1999, pero nunca se graduó.

 

La universidad, que había tratado a Blair como un periodista estrella, lucha todavía por recuperar el prestigio ante las numerosas críticas de ex alumnos que pusieron en entredicho la calidad educativa de la escuela de periodismo.

 

Por eso, cuando Blair propuso que crearan unas becas que tuvieran su nombre con el dinero que obtuviera de la venta del libro, los directivos se negaron rotundamente. (EFE)

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