El abogado y ex esposo de la jueza Karen Atala, Jaime López, acusó que nunca se le tomó declaración alguna a sus hijas para el fallo que entregó la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y que condenó al Estado chileno por haberla discriminado.
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El tribunal condenó al Estado chileno por la discriminación conta la jueza Atala.
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"¿Cómo es posible que en un juicio internacional se considere 'víctimas' a tres de mis hijas, e incluso en su nombre se pidan indemnizaciones por los supuestos 'daños' que se les provocaron?", si nunca se les preguntó si se creían ser "víctimas", cuestionó López en una carta enviada a El Mercurio.
"Por años -continúa López- no se les preguntó a mis hijas, ahora adolescentes, si querían ser parte de ese juicio, y si realmente se consideraban a sí mismas como 'víctimas'. A quienes tramitaron este juicio, nunca importó su realidad", agregó.
"Ya terminados los alegatos y por dictar sentencia, se descubre que faltó lo más importante, y a última hora se busca solucionar el problema, con una 'apariencia' de que han sido escuchadas", acotó.
El abogado cuenta que la CIDH envió una comisión a tomar declaraciones en un hotel de Santiago a dos de las adolescentes en "una entrevista sin padres, sin representantes, y peor aún, se designa para 'asesorar' a esta delegación a una psiquiatra, que no es su médico tratante, sino que la misma profesional que ya había declarado en favor de una de las partes en el juicio".
"Mis hijas no solamente fueron ignoradas por años, ahora que las necesitan, se les niega mínimas garantías. El contenido de esa diligencia está bajo secreto hasta hoy", sentencia en el texto López, que señala que la tercera hija, de 14 años, quedó fuera del procedimiento y aunque "espera decir su verdad", en tanto que ya "ha señalado por escrito a la Corte Interamericana que no se siente víctima, que no está de acuerdo con que se utilice su nombre para este juicio".