El Departamento de Policía de West Midlands ordenó la destrucción del costoso superauto luego de clasificarlo como no apto para circular, lo que significa que debe ser destruido, según la normativa vigente en el Reino Unido.
La historia comenzó en 2017, cuando el joven millonario Zahid Khan fue abordado por la policía de Londres al pensar que el auto de más de 250 mil dólares era robado, y se dieron cuenta de que éste no tenía el seguro adecuado.
Khan dijo que lo compró legalmente en una subasta y presentó los recibos a la Policía, explicando que tardó seis meses en reconstruirlo, para lo cual necesitó 114 partes diferentes. Aunque el hecho ocurrió hace un año, recién se hacen públicas las imágenes.