Niña de 10 años abusada por su padrastro dio a luz en Antofagasta
La menor no experimentó complicaciones en la cesárea programada para el nacimiento de su hijo. Se espera que la Justicia de Calama decida este viernes sobre el destino de ambos.
La menor no experimentó complicaciones en la cesárea programada para el nacimiento de su hijo. Se espera que la Justicia de Calama decida este viernes sobre el destino de ambos.
A las 17:30 horas del miércoles 13 de abril dio a luz la menor que fue embarazada a los nueve años de edad por su padrastro boliviano en la ciudad de Calama, en la Segunda Región.
Según los médicos que atendieron a la niña que actualmente tiene 10 años, el parto resultó bien pese a que un principio se temía que hubiera complicaciones.
Para evitar riesgos, el procedimiento fue llevado a cabo por dos médicos obstetras de amplia experiencia que le practicaron una cesárea programada.
El caso está en manos de la jueza de menores de Calama, Mitzi Belmar Bustos, quien este viernes debería pronunciarse sobre el destino de la menor y su hijo recién nacido.
La menor dio a luz un varón, según los trascendidos "de buen peso" y en este momento está en recuperación en la unidad de postoperados del Hospital Regional de Antofagasta.
La directora regional del Servicio Nacional de Menores (Sename), Yolanda Tabilo, sostuvo que "ella es una niña todavía y no tiene la capacidad de decidir lo que puede decir".
"Tanto el servicio como el tribunal están velando por el interés superior de ella y de su hijo, y en ese contexto se va a tomar una decisión", sostuvo.
Fajada y amenazada por su madre
La menor quedó embarazada producto de los abusos reiterados y violaciones perpetradas por su padrastro, Luis Ramos Caral, de 24 años, de nacionalidad boliviana, desde que ella tenía siete años.
Caral se encuentra detenido la cárcel de Tocopilla, al igual que la madre de la niña, Norma Cayo, de 34 años, quien es investigada como encubridora de la agresión sexual.
El caso quedó al descubierto a mediados de enero pasado por la denuncia de vecinos de la niña, quienes notaron que tenía un abultado vientre. Más tarde se supo que se trataba de un embarazo de 23 semanas de gestación.
Posteriormente, se supo además que había sido obligada por su propia madre a cubrir con una faja su vientre e incluso amenazada de muerte si le contaba a alguien sobre lo sucedido.
Luego que se descubriera el caso, la menor vivió el resto de su embarazo internada en el hospital "Carlos Cisterna", pero para garantizar una atención más segura se decidió su traslado hasta la capital regional.