Saramago: "El Dios de la Biblia no es de fiar, es mala persona y vengativo"
Las declaraciones del escritor se deben al lanzamiento de su libro "Caín".
El luso dijo saber que genera "anticuerpos, pero no me importa, hago mi trabajo".
Las declaraciones del escritor se deben al lanzamiento de su libro "Caín".
El luso dijo saber que genera "anticuerpos, pero no me importa, hago mi trabajo".
El premio Nobel portugués José Saramago sostuvo este miércoles que "el Dios de la Biblia no es de fiar, es mala persona y vengativo" al comentar su último libro, "Caín", criticado desde la Iglesia Católica y la oposición conservadora de su país.
Saramago volvió a reiterar sus críticas a la Biblia, las que han desatado ya una polémica en Portugal y añadió que "en la Biblia hay incesto, carnicerías, es innegable. No existiría esta novela si el episodio de Caín y Abel no estuviese en la Biblia, donde se muestra la crueldad de Dios".
"No hay que tener confianza en el Dios de la Biblia", declaró con determinación el escritor luso.
El escritor explicó que "soy una persona que despierta anticuerpos en muchas otras personas, pero no me importa, hago mi trabajo" y consideró que todo el "alboroto" sobre "Caín" no viene del contenido del libro sino de las declaraciones que hizo él en Penafiel.
La historia en "Caín"
La nueva novela de Saramago, de 180 páginas en su edición portuguesa, aborda de manera nada religiosa la figura bíblica de Caín y otros personajes y episodios del Antiguo Testamento y nada más salir a la venta ha levantado, según el escritor luso, "incomprensiones", "resistencias" y "viejos odios".
En la obra, Saramago crea una trama con diversos personajes de las Sagradas Escrituras y es Caín, primogénito de Adán y Eva, quien se convierte en el protagonista de la historia, que desgrana varios episodios bíblicos como la creación del Arca de Noé o la destrucción de Sodoma.
El autor portugués reconoció que mientras escribía el libro tenía la "clara noción de que iba a agitar las aguas, era imposible que no tuviese un efecto revulsivo" pero no esperaba que "la Iglesia se pronunciase con el libro todavía en el horno".
El premio Nobel luso, ácido en sus manifestaciones, señaló que "no esperaba reacciones de los católicos porque ellos no leen la Biblia" y se preguntó: "¿Quién va a leer un libro de ese tamaño?".
Respecto a la temática del libro, Saramago reconoció que Caín le acompañaba "desde hace mucho tiempo" y agregó que la "cuestión" de este personaje bíblico siempre le pareció "un poco extraña".
"¿Por qué Dios acepta el sacrificio de Abel y rechaza el de Caín cuando ambos le presentan sus ofrendas? Ahí se creó la envidia, Caín se sintió humillado", indicó.
Saramago reconoció que el asunto le interesaba porque a pesar de ser ateo no ha podido escapar a los valores cristianos, y dijo que "no hay un ateo absoluto, sólo podría serlo aquel que viviera en una sociedad en la que no hubiese penetrado Dios".