La selección gala recuperó el liderato del Grupo 4 al vencer sin demasiado brillo a un débil rival, pero con la satisfacción de haber recobrado a su máximo ídolo.
A la espera del encuentro del miércoles 7 de septiembre contra Irlanda, el verdadero examen que determinará si Francia estará o no en el Mundial de Alemania 2006, el conjunto de Raymond Domenech, impulsado por el regreso de Zinedine Zidane, no pasó apuros para vencer al semiprofesional equipo de Islas Faroe por 3-0 en Lens.
El equipo francés se mostró sereno y pudo llevarse una mayor diferencia en el marcador si sus delanteros hubieran tenido más puntería y si el portero Jakup Mikkelsen no hubiera mostrado buenos reflejos.
Los galos jugaron sin prisa, impulsados por un Zidane certero que durante los casi 60 minutos que estuvo en el terreno de juego, manejó las acciones de su equipo, casi como si fuera una obligación que el balón pasara por sus pies.
Bastó con el juego generado por el jugador de Real Madrid para que Francia asegurara el partido, a pesar que en líneas generales no realizó una buena presentación y se diluyó en su juego con la salida de su máximo ídolo.
El primer gol llegó a través de un buen cabezazo del delantero de Liverpool Djibril Cissé (13'). Seis minutos después, un autogol del defensa Suni Olsen decretó el segundo tanto, resultado que llevó a Francia a relajarse en exceso, a caer demasiado en el toque y recrearse demasiado en la búsqueda de la excelencia, olvidándose del gol.
En el minuto 76, el propio Cissé culminó una buena combinación con Vikash Dhorasoo y selló el triunfo para el conjunto galo.
Con este resultado los "blues" subieron a la primera ubicación del Grupo 4, sumando 13 puntos y compartiendo este sitial con las selecciones de Irlanda y Suiza.
El próximo desafío de Francia en estas clasificatorias será este miércoles 7 frente a la selección irlandesa en Dublín, encuentro fundamental en el camino de ambos para llegar a Alemania 2006. (EFE)
