El Partido de los Trabajadores (PT) proclamó a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, como candidata a la reelección en miras a los comicios de octubre y apostó, en una convención celebrada en Brasilia, por dar continuidad a los cambios.
Durante el encuentro también fue confirmada la candidatura de Michel Temer a la reelección a vicepresidente, y la alianza con el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la mayor fuerza electoral de Brasil y principal aliado del PT en la coalición oficialista.
"Brasil quiere seguir cambiando de la mano de aquéllos que ya demostraron que tienen capacidad de transformar profundamente el país y mejorar la vida de nuestro pueblo", dijo Rousseff durante la convención, en la que estuvo acompañada, entre otros, por Temer y su mentor político, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).
Bajo el lema "Más cambios, más futuro", el PT -el mayor fuerza de izquierda de América Latina, que gobierna Brasil desde 2003- apostó por la construcción de un "nuevo ciclo histórico" basado en la transformación educacional, la reforma de los servicios públicos, del sistema político y federativo.
Lula se descarta
Pese a que la candidatura de Rousseff era dada como cierta desde hacía varios meses por el PT, hasta ahora no había sido formalizada, lo que permitió que en los últimos meses surgiera un movimiento dentro del partido que defendía la postulación de Lula.
El ex mandatario volvió a acallar este sábado las voces que pedían el "Vuelve Lula" y reafirmó su sintonía con Rousseff, quien conquistó la Presidencia por primera vez en 2010.
"Vamos a demostrar que es posible que una presidenta y un ex presidente terminen su mandato sin que haya ninguna fricción entre los dos, demostrando que es plenamente posible que creador y creadora vivan juntos en armonía. Cuando haya divergencias entre Dilma y yo, la divergencia terminará porque Dilma siempre tendrá la razón y yo estaré equivocado", comentó Lula.
Durante la convención -que contó con la presencia de presidentes de partidos aliados, varios ministros y ex ministros, decenas de parlamentarios, gobernadores, alcaldes y líderes políticos regionales- el PT volvió a condenar los insultos de miles de personas que corearon un "Dilma, que te den por el culo" en la inauguración del Mundial de Fútbol 2014, el pasado 12 de junio.
En su discurso, Rousseff subrayó que nunca realizó "política con odio", ni siquiera cuando la intentaron "destruir física y emocionalmente por medio de violencia física"; esto en referencia a su época de juventud, cuando pasó casi tres años en prisión por supuestos vínculos con grupos guerrilleros alzados contra la dictadura que gobernaba entonces en Brasil.
En cuanto a los ejes de la campaña de cara a las elecciones, el líder nacional del PT, Rui Falcao, volvió a subrayar la necesidad de implementar una "reforma del actual sistema político electoral" y la "democratización de los medios de comunicación".
"Intentan mantener intacta la actual situación de poder y concentración que impide la pluralidad y diversidad en los medios de comunicación del país", afirmó Falcao.
Habría segunda vuelta
Pese a que Rousseff aún lidera las encuestas de intención de voto con ventaja, la jefa de Estado viene perdiendo terreno y los últimos sondeos indican que ya no garantiza su reelección sin necesidad de disputar una segunda vuelta, exigida cuando ninguno de los candidatos obtiene más de la mitad de los votos.
De acuerdo con un sondeo del Instituto Ibope, si las elecciones fuesen hoy, Rousseff obtendría el 39 por ciento de los votos, frente al 21 por ciento del senador Aecio Neves, cuya candidatura fue proclamada el pasado sábado por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y el 10 por ciento del exgobernador de Pernambuco Eduardo Campos, candidato del Partido Socialista Brasileño (PSB).
Según el sondeo, Rousseff y Neves tendrían que medirse en una eventual segunda vuelta, en la que la jefa de Estado ganaría la reelección con el 43 por ciento de los votos frente al 30 por ciento del candidato del PSDB.
La misma encuesta mostró que la tasa de brasileños que califica positivamente al Gobierno de Rousseff cayó 5 puntos porcentuales en los últimos tres meses, desde el 36 por ciento en marzo hasta el 31 por ciento en junio, y que igualmente se redujo la confianza en la mandataria y su popularidad.
El Partido de los Trabajadores espera que, con la candidatura de Rousseff confirmada y definidas las alianzas y el programa de Gobierno, esa tendencia a la caída en las encuestas pueda ser revertida.