A diferencia del ruido que generó la carta que lideró la ex Presidenta Michelle Bachelet para pedir que Luiz Inácio Lula da Silva sea candidato presidencial, en la oposición coinciden que una eventual visita de la ex Mandataria al recluido líder político brasileño sería "un gesto de humanidad".
Esto luego de que el ex ministro de Lula, Celso Amorim, afirmara que una visita de la ex Mandataria chilena a la cárcel donde cumple condena Lula sería "de gran importancia política, pero también afectiva", debido a la amistad que los une.
El timonel del PPD y ex canciller de Bachelet, Heraldo Muñoz, afirmó que "me siento muy solidario con él (Lula) por lo que hizo por los pobres de Brasil y por la integración, pero no estaba en disposición de firmar la carta porque su contenido me parecía que no reflejaba mi pensamiento", porque "no es cosa juzgada" ya que hay apelaciones pendientes.
Sin embargo, añadió, "no le voy a dar consejo a la Presidenta de qué hacer con sus viajes, lo que es expresión de solidaridad con Lula es muy distinto a poner en cuestión el sistema judicial brasileño, son cosas muy diferentes, así que cada cual verá según se agenda y según sus prioridades".
En la misma línea opinó el presidente de la DC, Fuad Chahín, quien sostuvo que "una cosa es poder visitar a un cercano, a un amigo, que está privado de libertad y en eso creo que hay un gesto humano que uno no puede reprochar. "Otra cosa muy distinta es ejercer una presión respecto de los tribunales para que pueda ser candidato".
"Eso -continuó- es lo que a mí no me parece, creo que en un Estado democrático de derecho hay que dejar que las instituciones funcionen libremente y, por lo tanto, hay que distinguir lo que fue la carta solicitando que pueda ser candidato de la República, en circunstancias de que hay dos condenas; otra cosa es una visita en lo humano a alguien que está privado de libertad".
Desde el oficiamismo, Francisco Undurraga, diputado de Evopoli y miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores, sostuvo que la ex Presidenta Bachelet "está cumpliendo con los prefectos bíblicos de ir a visitar a los presos, pero de ahí a ir a poner en cuestión -con su visita- el Estado de derecho en Brasil creo que estamos bastante lejos de ello".
Michelle Bachelet viajará a Brasil para asistir a un congreso de salud donde podría materializarse la visita a Lula da Silva, quien cumple condena en Curitiva, condenado a 12 años de prisión por los delitos de corrupción y lavado de dinero en el marco del caso OAS.